Casting Michelle Dixon

1. ¿Por qué elegiste ese personaje?

Principalmente, porque me gusta ese aire de femme fatale que tiene. Su ambición por conseguir lo que quiere y la capacidad de tomarlo a base de inteligencia y trabajo duro. También ser así conlleva a esa personalidad tener un aire calculador, que la hace tremendamente misteriosa e imprevisible porque, como bien se puede percibir, no duda en pasar sobre quien sea para obtenerlo. Creo que sus capacidades la hacen ser una persona algo arrogante y fria, pero siempre bajo un halo de inocencia fingida, característica que hace a los demás no dudar jamás de sus intenciones. Creo que es muy observadora y en su cabecita siempre están girando las ruedas de la ambición por ser la mejor y conseguir, en este caso, ser la única y la protagonista de todas sus actuaciones. ¿Por qué no? Creo que le daría mucho juego a este Pj tan complejo.

2. ¿Qué piensas de la historia del rol?

Me gusta mucho, la verdad. Yo he pasado dos, casi tres años de mi vida, tras los escenarios. Sé lo que és la amistad tras ellos, los romances y las rivalidades entre actores. Finalmente lo dejé porque sabía que no podría vivir de ello y tal, pero fué una buena etapa de mi vida y creo que aquí seria una bonita forma de recordarlo y volver a vivirlo.

3. ¿Qué crees que le puedas agregar a la historia del personaje para hacerlo más interesante?

Uff...Se me ocurren un montón de cosas! Creo que esta chica daría mucho que hablar. Por no contar con el hecho de que entre las mujeres sea algo envidiada y odiada y adorada por los hombres. Podría, como bien he dicho arriba, obtener lo que se propone sin importar qué, cuando, quién o cómo. Yo creo que con eso se define muy bien las ideas que tengo en mente.

4. Escribe un post, no importa dónde ni con quién, en el que nos demuestres tu habilidad para rolear.

Había sido una mañana agotadora. Entre lo tarde que me acosté la noche anterior y el gimnasio por la mañana bien temprano, me encontraba fisicamente agotada. Por supuesto no habia nada que mi maquillaje no pudiera arreglar; eso, y una ducha que mis músculos agotados han agradecido.

Me disponía a tomar un descanso para comer antes de ir al teatro, en el cual me esperaba una tarde entretenida. Tenía que recuperar algo de fuerzas si no quería caer rendida sobre el escenario. No podía permitirme aparecer y no dar el ciento diez porciento frente al director. Entré a la cafeteria con mis estupendas gafas de sol de diseñador y mi impecable peinado. No pude pasar desapercibidas las miradas de todos los jóvenes que se encontraban allí con cara de aburrimiento. Cualquiera diría que acababan de recibir el regalo de navidad al verme pasar y abrir los ojos con admiración. Con una mueca indiferente me senté en la mesa que había junto a la ventana y tomé una carta. Pronto apareció la camarera a tomar mi pedido. No pude evitar fijarme en su rostro envejecido y sus ropas baratas. La gente siempre se conformaba con una vida sencilla y carente de valor, dejándo que el tiempo desgastara sus cuerpos y terminando sus dias frente a un viejo televisor, preguntándose que habían hecho de provecho en sus vidas. Dios, odiaba a esa gente que se reignaba con tan poco. Jamás me verían a mi en esa situación, eso seguro. Miré por la ventana mientras divagaba sobre eso y esperaba mi comida, cuando una voz masculina y desconocida me llamó por mi nombre. Alcé la cabeza para encontrarme frente a mí a un joven, no más mayor que yo y de un atractivo interesante para mis ojos.
-¿Te conozco?.- Pregunté con el ceño fruncido.
Él parecia algo confuso y se tomó la libertad de sentarse frente a mí antes de hablar. Mi boca se abrió para protestar, pero él ya estaba hablando.
- En realidad, no. Pero te he visto en el teatro una cuantas veces.
Bien, cualquiera podría saber que trabajaba allí desde hacía poco, pero eso no le daba derecho a sentarse y molestarme un día en el que no tenía ningunas ganas de hablar con este desconocido.
- Estupendo...¿Y qué quieres?- Mi tono era algo cortante, pero me dió igual. Me sentía asaltada por este indivuduo. Él parecía todavía más atolondrado que antes y se puso nervioso.
- Oh! Nada, yo sólo...Quería invitarte a tomar un café, ya que yo soy quien va a organizar a las bailarinas, creí que sería interesante conocerte personalmente...Disculpa si te he molestado. - Se levantó algo avergonzado por mi respuesta. Abrí mi boca por la sorpresa. ¿Este tipo era el encargado de elegir a la bailarina ¨principal¨ ?¿Este tipo de mirada perdida y expresión atontada? No, no , no! No podía permitir que se fuera pensando en mi como la rubia borde de la cafetería y poner en peligro la decisión que tome por mi actuación desagradable.
- No!.- Grazné rápidamente. El se giró.- Disculpame a mí. Pero...no me fio de los desconocidos y creí...- Me disculpé en un tono lastimero. Sólo me faltaban unos pucheros para rematar el efecto de rubia tonta. Me reí interiormente ante este pensamiento.
- Tranquila, lo comprendo.- Respondió el con una sonrisa agradable en los labios.- Por supuesto que yo tampoco me he presentado adecuadamente. Soy Richard Adam. - Me ofreció su mano y la tomé con una ligera sacudida.
- Yo soy Michelle Nixon...Encantada de que me invites a ese café, pero sobretodo por conocerte. Por favor, sientate conmigo. - Le pedí señalando la silla en la que había estado antes. No iba a dejar pasar esta oportunidad para obtener el papel por mi estupidez inicial. Si tenía que soportar la compañia de este idiota, que así fuera. Por su brillo interesado podía percibir cuán importante era ganarme ese voto de favor y yo, no era de las que dejaba pasar una oportunidad cuando la veía. Puse mi sonrisa más deslumbrante y ergí mi espalda, provocando que mi escote se abriera ligeramente. Paseé mis dedos provocatoramente sobre el borde de mi camisa mientras lo miraba fijamente con expresión inocente. Él se sonrojó e intentó apartar la mirada de mi pecho. Mi sonrisa se ensachó. Sería fácil obtener ese papel...

Casting aceptado!!
BIenvenida, ya puedes hacer tu ficha y completar registros.