Comprando un par de cosas [Libre]

Había llegado hacía ya un par de días a Londres y aún no había podido incorporarme a la plantilla del teatro, ya que una mudanza supone la ocupación del 90% de tu tiempo, y sobre todo si el asunto de desempaquetar las cosas y colocar los muebles a tu gusto dependía de una sola persona.

Por suerte ahora sólo quedaban un par de cajas por desempaquetar y eso significaba un poco más de tiempo de ocio y, por qué no, de compras. Necesitaba ropa nueva para bailar, como por ejemplo mallas y alguna camiseta cómoda y ajustada sin mangas. En Londres hacía mucho frío, al contrario que en California, pero cuando bailabas entrabas en calor, así que no tenía que preocuparme por morir de hipotermia.

Por eso me encontraba allí, en el centro comercial. Sólo iba a sitios así cuando realmente lo necesitaba al no ser las compras una de mis actividades favoritas.

El dia de mi gran presentación se asercaba, y con ello el motivo por el cual me encontraba perdido en el mundo de las compras. Si algo detestaba era esto, venir a buscar el atuendo perfecto para la ocasión especial. Me encontraba caminando por las tiendas deteniendome en las vitrinas de vez en cuando. Pasé por una tienda llamativa y me puse a observar desde la vitrina. el pantalón se veia bien, pero sin duda la camisa tenia que ser de otro color. Miré el saco, no muy convencido de comprarlo ya que aunque no se notara a simple vista (solo si ponias mucha atención en el), tenia una manga mas larga que la otra. Suspiré mientras mi vista era captada por otra vitrina que mostraba un traje de vestir color negro.

Aparte de comprar ropa cómoda para el baile debía comprar algo formal, ya que parecía ser que se acercaba una actuación muy importante en el teatro y supuse que todo el mundo debía asistir vestido de gala, ya que no se trataba de un simple ensayo.
Pasé por delante de una tienda de trajes y vestidos, pero ninguno me llamaba la atención, parecían demasiado serios, algo que no iba demasiado conmigo.
Desvié mi atención cuando encontré a un hombre que conocía, se trataba del director del teatro con el cual había hablado para todo el tema de mi matrícula. Creí descortés pasar por allí sin saludarle, así que me acerqué un poco a él.

- Buenos días, director. -Saludé con una sonrisa.

La concentración que tenia fue interrumpida por una voz de mujer. Me giré y miré a la chica que me habia llamado. La recordaba pero no estaba seguro de dondé. Recordé su nombre y le sonrei ligeramente. -Buenos dias tenga usted, Señorita Wegener- le dijé en saludo cortés. Extendí mi mano en forma de saludo y la miré a los ojos.

Miré el reloj y me di cuenta que aun tenia un tiempo extra asi que me ofrecí a invitarle un café -Le gustaria acompañarme con mi café matutino, Srita. Wegener?- pregunté una vez que la habia saludado.

Parecía haberle interrumpido, está bien, no parecía, le había interrumpido, perp por lo menos tuve la grata sorpresa de que el director se trataba de la misma persona amable con la que había tratado vía telefónica. Sonreí de nuevo por su saludo y le respondí con un estrechón de manos, tal y como él me había invitado a formalizar el saludo. Después, él miró el reloj para después proponerme a tomar un café con él. Todo un honor, por supuesto, le respetaba bastante, tenía una idea del arte que me fascinaba.

- Por supuesto, si no es molestia, claro... -Acepté.

Como todo un caballero extendí mi brazo para acortejarla mientras caminabamos. Tome sus bolsas y llegamos a la cafeteria. Le retiré la silla y despues la acerque para que se sentara. -Y cuentame, buscarás lugar en la obra?- pregunté mirandola a los ojos.

El mesero llego a los pocos minutos trayendo consigo el menú. Oredné una taza de café y un plato de frutas con granola. Tenia habmre y ya era la hora de desayunar. -Ordena lo que quieras, yo invitó- le dije y le sonrei amablemente. El dia era tranquilo y daria lo que fuera por no andar entre las tiendas buscando el atuendo perfecto.