Disfrutando un dia libre...(Stella Johnson)

La paz y serenidad de mi residencia me habia puesto a pensar en el pasado. A recordar cada detalle, mientras disfrutaba de una suave copa de vino tinto en la sala de estancia. Con los recuerdos haciendose presente, era inevitable omitir a Stella, la chica que habia sido el amor de mi vida. Recordé sin dificultad desde el dia en que nos conocimos, hasta el dia en que le propuse matrimonio, y sin poder evitarlo el dia en que la habia dejado plantada en la iglesia.

Di un trago suave a la copa, dejando que el vino cubriera mi garganta, dejando una sensación de serenidad a su paso. Tomé el celular y la llamé, era Dómingo por la tarde, y los preparativos de la obra no comenzarian hasta mañana, asi que no tenia por que negarse. Esperé a que diera linea, y al cabo de 3 segundos Stella contestó. -Dulces y placenteras tardes señorita Johnson?- pregunté con un tono de chantajismo, humedeciendo mis labios con el vino que bebía.

Domingo por la tarde. Debería estar relajada, viendo una película o tomando el sol en la terraza, sin embargo, me encontraba en mi estudio, terminando de destruir la última obra que había visto. Era un completo fracaso.
Si había algo que tenía que admitir es que, al menos las obras de Nathaniel tenían clase, estilo y no estaban mal. De acuerdo, son muy buenas, pero eso es algo que jamás admitiré ante los demás.

"La poca entrega y pasión de los personajes en el escenario es más que notoria. Da pena ver un Rey Lear al que poco le importan las palabras de Cordelia... ¿sabe el actor que Cordelia era la hija favorita del Rey? Debería sentirse dolido, decepcionado... pero no demuestra ¡nada! creo que hubiera sentido más emoción si hubiera hablado un gato. Y ni qué decir de la actriz que interpreta a Cordelia... ¡malísima! creo que hasta una niña de kinder podría interpretarla mejor. Pero no diré nada más, esa representación merece menos líneas de las que le estoy dedicando. Simplemente, no desperdicien su dinero y mejor vayan al London Eye... al menos desde ahí la vista es fascinante."

Estaba releyendo lo que había escrito, para empezar a pulirlo un poco cuando el móvil sonó. Ni siquiera miré quién llamaba, simplemente lo cogí y contesté mientras tenía la mirada fija en la pantalla. Entonces, su voz acabó con mi concentración. ¡Cómo se atrevía a llamarme! ¡Está loco!

- Eran dulces y placenteras hasta que llamaste, Blister... ¿qué quieres? ¿que sea condescendiente con tu próximo fracaso? - dije con frialdad - te recuerdo que condescendencia y benevolencia son palabras que no existen en mi vocabulario.

Esperé su respuesta, mientras hacía acopio de todas mis fuerzas. Las iba a necesitar para terminar bien esta conversación.

Solté una risa ironica y despues me puse serio. -Claro que lo recuerdo Stella, pero no llamo por asuntos del trabajo- le dije dejando un espacio para que lo analizara. -Te invito una copa, dejemos de lado el trabajo y las rivalidades, solo seremos dos amigos, asi como antes lo recuerdas?- pregunté recordando los primeros dias de haberla conocido.

Mi mente comenzó a divagar, trayendo consigo imagenes de cuando la habia conocido. Me habia enamorado a primera vista de ella, su manera de ser me habia envuelto el corazón convirtiendolo solo para ella.

Sacudí mi cabeza y regresé la concentración a la llamada telefonica. -Que dices aceptas?- pregunté casualmente para que no notará como me habia distraido por unos segundos.

Así que no quería hablar asuntos del trabajo. ¿Qué quería entonces? ¿platicar conmigo? ¿que le contara cómo estaba mi perro? Nathaniel estaba definitivamente loco y bipolar el día de hoy. Estuve a punto de colgarle el teléfono cuando dijo que me invitaba una copa, y que dejáramos de lado el trabajo y las rivalidades... que seríamos sólo dos amigos... como antes.

"Como antes" esas dos palabras retumbaron en mi mente, mientras los recuerdos regresaban a mi mente sin piedad. Me había enamorado de Nathaniel desde el primer momento en que lo había visto y esa "amistad" que tuvimos esos primeros días nunca fue una real amistad, siempre había sido amor, al menos para mí. Sentí que un par de lágrimas caían por mis mejillas mientras recordaba aquellos buenos momentos. ¿A quién quería engañar? Aún amaba a Nathaniel... ¿cómo no hacerlo? él había sido mi primer amor, mi primer hombre... lo había sido todo en mi vida.

Su voz me sacó de mis recuerdos - Estoy ocupada, Nathaniel - dije con toda la calma de la que fui capaz, pero creo que al final la voz se me quebró. Con la poca dignidad que me quedaba simplemente atiné a colgar el teléfono, antes de ponerme a sollozar sobre mi escritorio. Estoy jodidamente sensible el día de hoy.

Noté que al final su voz se habia quebrado, pero al segundo colgó el telefono sin poder decir nada. No conforme con ello, espere cino minutos y la llamé de nuevo. Esperé a que contestara y sin dejarla hablar le dije lo que queria -Stella, se que no estas ocupada, quiero verte- le dije con sinceridad -hace mucho que no nos reunimos, me refiero con motivos que no sean del trabajo, no tomaré un no por respuesta te lo advierto- le dijé mientras en mi mente esperaba a que no colgara el telefono y me dejara hablando.

Stella era una de las pocoas personas que me conocian como era en verdad. Conocia ambos lados de mi, conocia mi máscara seria y fria cuando se trataba de mi trabajo, pero también conocia ese lado sincero, y cariñoso de mi. Era dificl no recordar el pasado ya que cada dia lamentaba mas lo que hacia, pero el orgullo no me dejaba admitir lo que en verdad sentia.

"Vamos, Stella, concéntrate... respira, fluye, alínea tus chakras y concéntrate en el trabajo... ya pasó" me repetía una y otra vez pra lograr tranquilizarme. Era increíble cómo con una llamada Nathaniel aún podía poner de cabeza mi mundo y odiaba que tuviera ese poder. Y era obvio que lo sabía, si no, no se tomaría tantas molestias llamando. Me sequé las lágrimas y seguí con mi artículo, concentrándome y olvidándome del incidente casi al instante. Aunque cuando mi móvil volvió a sonar suspiré.

- ¿Qué diablos quieres, Blister? - contesté y me echó en cara que no estaba trabajando... ¡idiota! - Escucha Blister, el que tú estés en tu casita sin hacer nada no significa que yo no esté ocupada... tengo un par de obras que destruir para mañana, lástima que ninguna sea la tuya - pero cuando dijo que quería verme, tuve un par de sentimientos encontrados: por un lado, sentí alegría (tontamente) y por el otro, deseaba matarlo - si quieres verme puedes coger el periódico... en mi columna sale una foto mía

Esperé su descargo y cuando dijo que no aceptaba un no por respuesta suspiré cansadamente - sigues siendo el mismo loco testatudo de siempre ¿no? - dije resignada - dime dónde... pero advierto que iré en un par de horas... tengo que terminar mi artículo primero - le dije con toda la frialdad que pude - sólo no se te ocurra llamarme para decirme que lo pensaste y ya no quieres verme...

Ese había sido un golpe bajo, lo sé. pero si yo me sentía pésimo ¿por qué él tenía que estar feliz y tranquilo?. Suspiré con cansancio, mientras me preguntaba a mí misma cuándo es que me había vuelto tan mala y bruja... y el recuerdo de aquel fatídico día volvió a martillear mi mente, con más fuerza que en los últimos años. Definitivamente voy a arrepentirme de haber aceptado esta invitación.

No pude evitar reir al ver que seguia tan negativa como antes. -Y que crees que eh estado haciendo todo el dia eh?- dije con respecto a su comentario de la foto. Sabia que esta pequeña frase la dejaria pensando. Una muy leve risa escapó de mi, pero me contuvé para que no la notará.

Sonreí al ver que habia aceptado mi invitación. -En mi casa a las tres- le dijé automaticamente. Mi mente habia divagado comoo siempre, recordando una vez mas lo que habia sucedido antes.

Que hubiera pasado si ese dia hubiera unido mi vida a la de Stella?.... Era la pregunta que me atormentaba. Odiaba vivir con la duda, pero me resigné como siempre lo hacia cuando se trataba de este asunto, al finde cuentas el hubierna no existe.

Colgué el telefono cuando terminamos de ponernos deacuerdo, y me pusé a hablar con las empleadas para que prepararan la comida. Hice unos arreglos y despues me puse a beber vino nuevamente esperando a que la hora se llegará.

¡Lo odiaba! ¿qué pretendía con ese comentario? ¿burlarse de mí? eso sí que no se lo iba a permitir... hace casi 20 años ya lo había hecho y de la peor forma que uno se pudiera imaginar... no iba a permitir que se burlara de mí todas las veces que le diera la gana - ¿Apenas te das cuenta que en carne y hueso soy más guapa que en fotografías, Blister? - dije con notorio sarcasmo, mientras sacaba mi agenda y dibujaba una copa en la línea que indicaba las tres de la tarde. Miré mi reloj - de acuerdo... al menos así me aseguro de que estarás ahí - dije antes de colgar.

Terminé mi trabajo lo antes posible y me metí a la ducha. Mientras las tibias gotas de agua corrían por mi cuerpo empezaba a sentirme cada vez más tonta por haber aceptado. Ya era demasiado tarde y tendría que verlo, quisiera o no. Me sequé el cabello y me puse unos vaqueros cómodos y una blusa. No iba a ir vestida como para una gran celebración, eso sólo le subiría los humos a Nathaniel. A las dos y cuarto cogí las llaves de mi auto y me dirigí a su casa... los sirvientes me dejaron estacionar el auto y me llevaron hacia la entrada. Tomé aire para infundirme valor ¿en qué terminaría todo esto?

Terminé los asuntos necesarios, lucia presentable y estaba listo para recibirla. Pasé a la estancia, saboreando una exquisita copa de vino tinto. Maria, una de las empleadas domesticas me avisó que Stella habia llegado. Sonreí y fui a recibirla.

al llegar a la entrada la miré ahi, luciendo espectacular como siempre. Puse mi mejor sonrisa y me acerqué -Dichosos mis ojos que gozan de verte Stella. Te ves muy...bien- le dije tomando su mano y depositando un beso en ella. Levanté la mirada directo a sus ojos -Pasemos a la estancia- dije extendiendo mi brazo para cortejarla a la estancia.

Al llegar serví una copa de vino para ella y se la entregué amablemente -Merlot, año y medio en barrica, 3 en botella. Disfrútalo, Stella es de los mejores- le dije mientras apreciaba el aroma del vino. -Dicen que hay que apreciar...- comenté dandole una ligera vuelta a mi copa y mirando como el vino se resbalaba por las orillas -...saborear...- dije dando un pequeño trago del vino, dejando que este se deslizara por mi garganta -..y disfrutar- señalé saboreando el dulce sabor que dejaba a su paso. -Lo sabias?- pregunté retadoramente mirandola a los ojos.

Dibujé una sonrisa irónica en mi rostro cuando dijo que me veía muy... bien. Que lo compre quién no lo conozca, yo no estoy para halagos estúpidos. - Lamento no poder decir lo mismo de ti, Nathaniel... ¿para qué me has traído? quieres torturarme o algo por el estilo? - pregunté con frialdad mientras me miraba las uñas. Si lo miraba a los ojos, estaría perdida, así que mejor no correr ese riesgo.

Cuando me dio la copa de vino y empezó a hablar de él solté una risa irónica - ¿de dónde has copiado eso? ¿Cateo de Vinos for dummies? - dije con notorio sarcasmo. Si Nathaniel pensaba que tendría una linda y amena velada conmigo, pues se equivocaba. - Pues claro que lo sabía, no es que lo sepas todo, Blister.

Sí, estaba siendo antipática y a propósito. Él era una de las pocas personas que conoció a la Stella risueña, llena de sueños y fantasías... sueños y fantasías que él destruyó. Él había creado un monstruo y lo justo es que aguante al monstruo que él ha creado a voluntad, una especie de justicia divina o algo así.

Contesté a su comentario con una risa divertida. -Vaya que has cambiado eh...- dije disfrutando nuevamente de un trago del vino. -Tanto que nisiquiera te atreves a mirarme a los ojos- comenté y solte una pequeña risa burlona.

Me senté en el sofa y le hice un gesto para que hiciera lo mismo. -Crei que habiamos acordado que seria como los tiempos de antes Stella, y te diré que esta no es la stella que yo conoci. Por que no te dejas de tanto orgullo y pasamos un rato agradable- dije mientras la miraba a los ojos con sinceridad.

En verdad se notaba tensa, podia darme cuenta de que no apreciaba estar aqui. La habia ivnitado como un gesto entre amigos pero ella arruinaba las cosas. Suspiré y mientras ella se recuperaba de lo que le habia dicho disfruté un poco mas de como el vino acariciaba las orillas de la copa al agitarla levemente.

off: disculpa la tardanza pero con la escuela tuve un momento de cero inspiracion -.-

Me molestó sobremanera que me echara en cara el que no lo miraba a los ojos, así que simplemente tuve que afilar un poco mi lengua para contraatacar - veo cosas horribles todo el día, todos los días, Nathaniel... no me obligues a hacerlo también ahora - dije con cansancio mientras mis ojos se clavaban en los suyos.

Sonreí interiormente, aunque por fuera mantenía el mismo rostro serio e inexpresivo. A pesar de todos estos años, Nate seguía siendo el mismo de siempre y yo... yo era simplemente una patética amargada de la vida. pero ya daba igual... todo daba igual. Sonreí con ironía cuando dijo que habíamos acordado que sería como antes - eso lo decidiste unilateralmente, Nathaniel... yo no he acordado nada contigo - suspiré - la Stella que conociste murió hace mucho, mucho tiempo... así que no esperes que regrese... pero supongo que podría ser un poco más amable contigo

Tomé un sorbo de vino de mi copa y sonreí... era un excelente vino - ¿qué celebramos, "Nate"? - el diminutivo de su nombre lo pronuncié con sorna - ¿que te va bien en la obra? ¿que conseguiste financiamiento? ¿que al final se casan Sylvie y Bryan? - pregunté de forma "amable"

Rei por su actitud, en verdad habia cambiado pero eso solo me divetrtia. El ver como se portaba actuando tan negativa solo me hacia reir. -Anda ya dejate de cosas, sabes que quieres divertirte un rato no te cierres, por favor Stella- le dije mirandola a los ojos, correspondiendo su mirada seria que adoptó cuando le dije que si por que no me miraba.

Me terminé la copa de vino y me levanté por mas, sentia como comenzaba a hacerme efecto pero lo ignoré. -Gustas mas Stella?- le ofreci acercandome. -Me vas a negar que no tenias ganas de pasar un rato bien? como los viejos tiempos? al menos yo si, extraño como eramos antes- le dije y despues guardé silencio ya que comenzaba a hablar de mas.

¿Que no me cerrara? ¿A qué venía esa estúpida petición de Nathaniel? Si ahora soy así es enteramente culpa suya, así que él no tiene por qué pedirme que no me cierre, cuando fue su culpa que lo hiciera.... a veces quisiera matarlo - la verdad es que sí quisiera divertirme, Nate... pero por desgracia hace mucho que dejaste de ser la primera persona en la que pienso cuando se trata de divertirme. - le dije antes de soltar un suspiro. Nathaniel estaría molestando hasta que estuviera "cómoda" con él así que tendría que fingir que lo estaba.

Me ofreció otra copa de vino y yo acepté. Simplemente asentí, no quería intercambiar palabras con él... hasta que mencionó el pasado y sentí que la rabia y la furia se apoderaban de mí. Pero iba a devolverle el golpe con sutileza - bueno... uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde... aunque la verdad nuestras conversaciones de antaño no eran nada del otro mundo, así que supongo que puedo obsequiarte una de esas - dije con malicia mientras tomaba otro sorbo de vino.