Rutinas (libre)

por **Darien Rousellveck** Dom Feb 13, 2011 8:53 pm

Sus movimientos dotados de gracia le daban la pauta para seguir y seguir y seguir ensayando, practicando cada día más duro que el anterior, imponiéndose nuevasmetas y más obligaciones antes de empezar el día..., hoy como siempre que su despertador tocaba una suave y melancólica melodía había decidido entrenar en la terraza, pensando que quizá un poco de aire le vendría bien para desarrollar su rutina.

En cuanto el sol brindó los primeros rayos del sol verdaderos, Darien saltó de su cama para empezar con el pie derecho su fantástico día de baile. Estiramientos algunos pasos adornando su habitación, una ducha mañanera y un jugo energético fue lo primero que le recibió antes de ir donde la terraza para llevar a cabo su maléfico plan contra él mismo..., danzar hasta desfallecer.

El muchacho se tomaba muy en serio su papel de bailarín, si buscaban a una persona devota Darien era el indicado, claro que a veces se pasaba de dedicación y terminaba medio muerto en su habitación al otro día, como si de una fuerte cruda se tratara. Cogió su ipod llena de música clásica en especial Chopin y Debussy, su gran cilindro de agua fresca y pura y caminó con gran decísión a la terraza, sus auriculares comenzaron a sonar antes de que pusiera manos a la acción, dejando que su cuerpo expresara la emoción sentida al escuchar cada melodía.

Y así pasaron, una, dos, tres incluso cuatro horas antes de que Dan se percatara que sus tobillos comenzaban a dolerle, -uff, que pesado- dijo con voz tranquila denotando un poco de agitación, buscó su agua para calmar la sed que hacía unos segundos no había sentido, sin duda el chico vivía por y para la danza.

por **Sylvie Ballard** Dom Feb 13, 2011 9:58 pm

Otro día en el teatro, otro día de castings, otro día de dar todo de mí misma para demostrarle a todos y a mí misma que merecía el papel como Julieta. Hasta el momento, había interpretado 5 veces el monólogo previo a su suicidio, 7 el que recita antes de beber el veneno y no sé cuántas más he hecho el del balcón. Por ello le había pedido al buen Nathaniel que me diera unos 10 minutos de descanso para despejar mi cabeza. Por unos diez minutos quería volver a ser Sylvie, no Julieta.

Como fuera, salí del teatro y me dirigí a la cafetería, donde pedí una botella de té helado de limón y me fui a las terrazas, seguramente ahí podría encontrarme un rato a solas y como una chica normal. Después de mucho vagar por el teatro, llegué a las terrazas y ahí vi a un chico bailar como si su vida dependiera de ello, lo hacía con presteza y con gran musicalidad, aún cuando no podía escuchar la música, podía imaginármela con sólo verlo.

Me quedé observándolo por un rato y cuando terminó, fue a sentarse a tomar un trago de agua y yo aproveché el momento para acercarme a él con una sonrisa en mis labios.

- De haberle impreso más pasión a tu danza habrías hecho vibrar el teatro hasta sus cimientos - dije mientras me sentaba cerca y seguía con mi sonrisa - ¿te importa si me quedo aquíp or un rato?

por **Darien Rousellveck** Mar Feb 15, 2011 6:49 pm

El palpitar de su corazón agitado declaraba el esfuerzo físico que para él solo implicaba dedicación por una mejor rutina, sentía que su cuerpo no daba para más, pero incluso con ello su estado de ánimo a penas estaba comenzando a sentirse en plenitud estacionaria.
Se sentó en el suelo tomando algunos sorbos de su bebida que por una leve exposición al sol ya no estaba tan fresca como hubiera querido, escuchó la voz nada familiar de una joven -y no es que Darien conociera a toda persona, era demasiado despistado en esos aspectos-, levantó la vista hacía la dueña de esa voz tan pulcramente cuidada, le sonrió ampliamente denotanto su agradecimiento por tal cumplido -justamente es lo que quisiera lograr, aunque falta mucha práctica para conseguirlo- comentó encogiéndose ligeramente de hombros.
Volvio a darle otro sorbo a su bebida antes de contestarle, -claro que no, sería un placer su compañía- sonrió amenamente recargándose en la barandilla de metal frío, intentando averiguar cuál era la vocación de su joven acompañante, pero ¿qué era mejor que preguntarle? -¿trabajas en el teatro o venís por un casting?- inquirió con un deje de curiosidad que no podía esconder, al fin y al cabo era su naturaleza.

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