A mí no me pagan horas extras ¿lo sabías? [Santiago]

Recuerdo del primer mensaje :

Suspiré resignada antes de tomar un trago de agua y subir de nuevo al escenario. Ya habíamos terminado el ensayo general y NAte me había pedido que me quedara con Santiago para practicar mi mónologo del balcón. Oh sí, mi escena favorita (nótese mi sarcasmo) y además sin Roméo, porque a Bryan ya lo habían dejado ir. De cualquier manera, no podía quejarme porque Santiago della Rovere me encantaba.

Con mi vestido, me subí al escenario y me di cuenta de que Santiago estaba sentado en una de las butacas a la mitad del teatro, seguramente para que modulara mi tono de voz. Con esa expresión de seriedad lucía increíblemente sexy, pero si quería apurarme con esto, debía iniciar mi diálogo pronto.
Y como siempre, mi equilibrio me traicionó y terminé en el suelo.

- Ouch - me quejé mientras me quedaba en el piso.

La verdad no podía creer que esas palabras estuvieran saliendo de la boca de Santiago, y aún así no podía evitar que una sonrisa curvara mis labios. No podía imaginarme ni mucho menos que esto fuera realidad, no podía comprender cómo un ensayo de Roméo y Julieta hubiera terminado así. POr este momento, no había ni queja de que no me pagaran horas extras.

Santiago había evitado mi mirada y yo me acerqué a él, tomando una de sus manos y con la otra lo había tomado de la barbilla para que me mirara. Lo miré con una sonrisa más que deslumbrante y me puse de puntitas para darle un beso dulce.

- ¿Sabes por qué me gustaba tanto molestarte? - sin darle tiempo para responder lo hice yo misma - porque sabía que en algún momento uno de mis comentarios te haría sonreír...y adoro ver esa sonrisa tan hermosa que tienes

Ella con una mano me cogió la barbilla y con la otra me sujetaba una de mis manos, pude sentir su beso el cual yo también le devolvi, luego escuche su pregunta y esperaba ansioso la respuesta, una sonrisa había en mi rostro.

-Bueno pues creo que has conseguido que sonria, pero te quiero pedir el favor que no le cuentes nadie que puedo sonreir, prefiero seguir siendo un tipo borde para los demás.-comenté bromeando mientras me acercaba a darla otro pequeño beso.

Yo no se lo que iba a pasar ahora entre nosotros dos, creo que estaba bastante confuso, pero creo que solo era cuestión de tiempo saber como iba a continuar nuestra historia.

Me reí ante lo que me había pedido y asentí antes de corresponder a su beso. La verdad no sabía cómo iba a continuar nuestra relación, dentro y fuera del teatro, pero en ese momento no importaba, estábamos solos y nadie nos vería, lo que sin duda sería bueno para ambos porque yo no estaba muy segura de lo que harían los demás al saberlo.

- ¡Romeo! ¡Romeo! ¡Oh, si yo tuviese la voz del cazador de cetrería, para llamar de lejos a los halcones¡ Si yo pudiera hablar a gritos, penetraría mi voz hasta en la gruta de la ninfa Eco, y llegaría a ensordecerla repitiendo el nombre de mi Romeo.- susurré contra sus labios.

Definitivamente mi odio por Julieta había llegado a su fin.

No pude reirme cuando la escuche de nuevo recitar el guión de Romeo y Julieta, la verdad es lo que lo hacía muy bien pero creo que hubiera preferido seguir hablando de lo nuestro que hacer Romeo y Julieta, pero igualmente creo que la seguiria el rollo.

-¡Cuán grado suena el acento de mi amada en la apacible noche, protectora de los amantes! Más dulce es que la música en oído atento. Por cierto, Julieta ¿te apetece esta noche estar conmigo?.-la última frase era mia, era una invitación a Sylvie para pasar la noche conmigo.

Santiago siguió interpretando a Roméo, hasta que cambio la última frase y yo no pude evitar soltar una risista para luego mirarlo tierna y confusamente.

- Santiago...no recuerdo que Roméo le hiciera esa proposición a Julieta - dije regañándolo, pero no pude continuar seria y mi risa me ganó por completo.

Me preguntaba a qué se refería Santiago con pasar la noche conmigo y yo no podía decirle que no, fuera lo que fuera. En esos momentos la palabra "no" se había escapado por completo de mi vocabulario.

- ¿y a dónde planeas llevarme, Roméo?

Miré un momento la hora, ya iban a dar las siete y media de la tarde, creo que hoy era el día que más me había quedado trabajando pero había valido la pena.

-Bueno, pero ahora como Romeo soy yo puedo transformar el texto como yo quiera ¿no?.-comenté con una sonrisa picara, esperaba que esa respuesta la valiera porque no se me había ocurrido una mejor.

La verdad, es que tenía que idear un buen plan para pasar la noche con Sylvie, creo que se me había ocurrido algo interesante, aunque bueno a lo mejor no era de su agrado porque a veces me parecía una chica reservada, aunque ella era muy habladora.

-Bueno he pensado reservar una suite en un hotel ¿te gusta el plan?.-pregunté con un poco de miedo en mis palabras, esperaba que la gustará la idea, aunque creo que reservada no era la palabra adecuada, sería recatada.

Me reí ante su comentario y no pude evitar rodear su cuello con mis brazos y atraerlo a mis labios para darle un dulce beso. La verdad no me importaba lo qeu hiciera con Roméo en esos momentos, no me interesaba y no me molestaba para nada.

- Me gustan tus improvisaciones, pero gracias al cielo no está Nate o ambos estaríamos de patitas en la calle - dije riendo por mi comentario.

Entonces el habló de la suite de un hotel y yo lo observé con los ojos abiertos. Uno reservaba una suite cuando iba a tener sexo, eso yo lo sabía sólo porque Bryan me lo había explicado un par de veces. Entonces me mordí el labio un poco nerviosa.

- Ammm, Santi, no me lo tomes a mal, ¿pero podríamos ir mejor a tu casa? Ahora las cámaras están puestas en mí y en Bryan y la verdad no quiero problemas con Nate por ello. No quiero causar un escándalo y creo que puedes entender que ello sea un escándalo - pedí con una sonrisa.

Yo podía hacer que Alex dejara a Jeannette quedarse en su departamento y estaríamos solos

Puse mis manos alrededor de la cintura de Sylvie y yo la segui ese beso que me dio. Luego comenzo a hablar sobre Nate, la verdad es que no creo que nos hiciera algo malo, no era mala aparte sabía que a mi me tenía cariño.

-Bueno pero tu tranquila, que Nate en el fondo es un buen tipo eh.-comenté para luego volver a darla otro beso.

A ella parecía que no le había gustado mi idea sobre ir a la suite de un hotel, pero ofreció ir a mi casa, yo no tenía problema en eso pero estaba su hernana viviendo conmigo, así que la teniamos que explicar que se fuera a caso de otro esta noche.

-Esta bien, pero tu le dices a tu hermana que se tiene que ir a dormir a otra casa eh.-comenté con una sonrisa, esperaba que no se lo tomará a mal Jeannette.

Yo sabía que Nate era un buen tipo, pero como director era muy responsable y se tomaba las cosas con seriedad, por eso la compañía había avanzado tan bien. El compromiso de él nos había contagiado a todos y era imposible no querer actuar tan bien como él.

Correspondí al beso de Santiago y acaricié sus cabellos con suavidad antes de separarme de él y mirarlo con una sonrisa.

- Yo sé que el es un gran tipo, además me agrada que le dé la seriedad a esto, es justo lo que hace que la compañía avance tan bien, pero debo admitir que el asistente del director es aún más sexy cuando sonríe - dije con coquetería mientras lo besaba de nuevo.

Él me dijo que debía de asegurarme que mi hermana no llegara esa noche, pero mi hermano ya se me había adelantado, invitaría a Jeannie a cenar y ella se iba a quedar con él por el fin de semana.

- Descuida, mi hermana estará con nuestro hermano todo el fin de semana, así que no hay por qué preocuparse - repliqué guiñándole el ojo.