Ya no más Capuleto...sólo Sylvie [Reivan]

El ensayo había terminado. Después de largas horas de ensayo, Nate había decidido que lo mejor era dar por concluido el ensayo de aquel día y yo no podía estar más que de acuerdo con él. Aunque amara actuar, Julieta no era mi papel favorito y después de haber sido Julieta por tantas horas, quería alejar de mis pensamientos, mis diálogos.

Bryan se había ido rápido pues tenía una comida con su hermano y yo me había quedado platicando con mis amigas del reparto, pero ahora ellas ya se habían ido y yo sinceramente no tenía ganas de irme al departamento cuando iba a estar sola.

Sin pensarlo regresé al escenario y me dejé recostar ahí tapando mi cara con mis brazos. La energía que había en ese lugar era fantástica. En ese momento escuché unos pasos y yo me quedé quieta, diciéndome a mí misma que era invisible y que nadie me vería.

Tocaba la melodía de las obras, anoser que no se me pidiera o no me necesitaran, pero solía ser el pianista o uno de los pianistas del teatro, y como era usual, mientras ensayaban, aveces iba a otras salas para tocar, necesitaba tocar, era...como decirlo, la música había sido todo para mi, mi ayuda, mi aliada, el piano me transportaba a cualquier lugar que decidiese, no importaba lo lejos que estaba, solo simples notas, pero en el fondo un continuo viaje.

Mis yemas rozaban las teclas blancas y negras del piano con armonía, con una extrema delicadeza, dado que la melodía no era precisamente muy alegre, mientras la hacia sonar se me vinieron en mente, alejados recuerdos que creía adormecidos, pero intenté poner la mente en blanco, cosa que no pude, pero fijé la vista de nuevo en ese blanco instrumento, algún día me compraría uno propio, un teclado, con eso me conformaba, me había pasado los años tocando instrumentos que no eran míos, en cierta manera era frustrante tener que ir a ensayar donde se trabajaba.

Luego de tocar, me levanté del taburete y me dirigí a ver como actuaban, Nate creo que me aceptó en el teatro porque una vez me vió tocar en aquel restaurante de lujo, pero era una simple teoría, poco a poco me dirigí al escenario donde actuaban los actores y bailarines, pero ya habían terminado el ensayo, como era usual vestía de negro, habiendo poca luz, parecería como una especie de espectro.

Entonces vi a alguien allí, pero en vez de decir algo, me senté en una de las butacas, mirando el escenario con la que parecía ser Julieta, sin duda, prefería Hamlet mil veces a Romeo y Julieta, pero no era nadie para elegir, así que me recosté en la butaca, sin saber muy bien que esperar, llevaba días allí, pero no había hecho nada para sentirme a gusto, de hecho aveces dudaba serlo en algún sitio.

-Buenas-dije al fin, pero dudaba si se me había escuchado

Desde niña el teatro siempre había sido mi pasión, la actuación era una parte de mí, poder ponerme en la piel de otras personas, poder encontrar la manera de sacar mi energía entreteniendo a otros, era simplemente fantástico. Sin embargo, tras horas y horas de ensayo, ya me sentía algo cansada y sólo quería ser simplemente Sylvie.

Escuché que alguien se sentaba en una de las butacas y yo seguí ahí recostada, dudaba mucho que en ese momento alguien hubiera podido hacerme levantar. Llevaba unos jeans de un azul claro y una playera blanca, que probalbemente ya no sería blanca después de que me recostara en el escenario.

La persona que parecía andar por ahí me saludó y yo alcé un poco mi cabeza, pero al no ver a nadie, volví a recostarme, no era Nate así que no me regañaría.

- Ammm, hola a ti también...aunque en realidad no te veo...¿de pura casualidad no tienes por ahí un chicle? lo apreciaría bastante - pedí dejando mis brazos a mis costados