Hasta en los sueños está Shakespeare [Sylvie]

Apenas había podido dormir esa noche. Cada vez que cerraba los ojos frases del texto de Shakespeare que estaba estudiando me venían a la cabeza, bombardeándome y no dejándome conciliar el sueño. Definitivamente me estaba dejando absorber por el personaje. Ya eran las siete de la mañana, y no había dormido más de media hora seguida. Me revolví de nuevo entre las sábanas, intentando recordar y memorizar parte del texto en mi cabeza, a ver si así conseguía conciliar el sueño...
"Pero, ¡silencio!, ¿qué resplandor se abre paso a través de aquella ventana? ¡Es el Oriente..." sentía la cabeza cada vez más pesada... "...el Oriente y Julieta, el sol! ¡Surge esplendente sol y m..." mi cerebro dejó de trabajar, sumiéndome en un plácido sueño...

Eran las cinco y media de la mañana y yo ya estaba despierta. Al levantarme me vestí rápidamente con un pants y salí de mi habitación procurando no hacer ruido, si despertaba a Bryan probablemente tendría un humor de perros y ahora no me apetecía escucharlo malhumorado.

Como fuera, salí del departamento y me fui al parque a correr como era mi costumbre, el ejercicio me levantaba y me ayudaba a sentirme mejor por el resto del día. Tras media hora de correr, fui rápido a una pequeña tiendita que vendía jugos frescos y compré un litro de jugo de naranja con guayaba, el favorito de Bryan.

Regresé al departamento y silenciosamente me fui a bañar, hoy teníamos que estar a las nueve en el teatro, por lo que no habría prisa y Bryan podría dormir otro rato. Terminando de bañarme, me vestí y fui a preparar el desayuno. Ya listo, creí que era hora de ir a levantar a mi mejro amigo.

Entré a su habitación con cuidado y me senté a su lado para luego darle un beso en la mejilla.

- Buenos días, guapo, más te vale que te levantes ya o no llegaremos al teatro - dije mientras le quitaba las cobijas no muy bruscamente.

Me removí a un lado y a otro, dormido aún, pero no profundamente. Sin embargo, no era del todo consciente de lo que sucedía a mi alrededor. Por ello, seguía aún adormilado cuando Sylvie se sentó a mi lado. Sentí un cálido contacto sobre mi mejilla, despertándome un poco más, pero sin abrir del todo los ojos.

Fue entonces cuando oí una voz dulce que me despertaba completamente. Me llevé las manos a los ojos, restregándomelos suavemente y bostezando, para después abrirlos y encontrarme con Sylvie. Sonreí, pero mi sonrisa se borró parcialmente cuando me quitó las cobijas. Chasqueé la lengua haciéndome el remolón y me giré quedando boca abajo, sin mirarla y volví a cerrar los ojos.

-Todavía hay tiempo... -protesté, sin ser consciente de la hora que era en ese momento. Podían ser perfectamente las ocho y media, y lo lamentaría si no me levantaba a tiempo. Nathaniel era muy exigente con la puntualidad.

Bufé un poco al notar como Bryan se daba la vuelta y volvía a cerrar los ojos. Siempre era la misma pataleta en las mañanas, pero debíamos de llegar temprano o entonces Nate nos mataría a ambos. Nuestro director era el mejor que podía existir en el mundo, sin embargo, a nosotros como protagonistas nos exigía más trabajo y la puntualidad era vital.

- Vamos Joyce, párate de una buena vez que sino llegaremos tarde - le repliqué mientras me recostaba un poco a su lado y acariciaba su pelo con dulzura, si bien Bryan no era mi hermano, lo quería como tal, de hecho era más cariñosa con él que con mi propio hermano - anda, te compré tu jugo favorito y seguro querrás leer una revista que compré cuando venía de regreso, la prensa asegura que nos casaremos el mes que viene - me reí y le di otro beso antes de levantarme y abrirle las cortinas

Oí cómo bufaba y sonreí levemente. Sabía que a veces me podía poner algo insoportable, pero con Sylvie podía permitírmelo, ya que teníamos tanta confianza como si fuéramos hermanos. Aunque realmente para mí Sylvie era como mi hermana, como la hermana que no tenía y que siempre me hubiera gustado tener.

-Al diablo con Nate, yo quiero dormir... -dije protestando, aunque justo después solté una pequeña risita. Estaba claro que bromeaba, ya que para mí trabajar en el teatro era un placer y un privilegio. Suspiré dándome la vuelta, justo cuando Sylvie abrió las cortinas. La luz del Sol bañó mi rostro, aunque era una sensación agradable. Me desperecé un poco, riendo ante sus palabras.

-¿Y cómo se han enterado de eso? -pregunté divertido cuando dijo que la prensa aseguraba que íbamos a casarnos el mes que viene- ¿No se supone que lo íbamos a llevar en secreto? -bromeé incorporándome y reparando en algo que había dicho antes que eso.
-¿Mi jugo favorito? -pregunté mirándola con los ojos brillosos- Wow Sylvie, eres adorable -sonreí levantándome de la cama.

Me reí cuando mandó a Nate al diablo y yo volteé para ver que por lo menos ya estaba un poco más despierto. Sonreí y me dejé caer en la cama a su lado, recostando mi cabeza en su hombro y cerrando los ojos por un momento. Me gustaba la compañía de Bryan, mucho, congeniábamos bastante bien y nunca habíamos tenido problema alguno, ni siquiera cuando nos dimos cuenta de que no podíamos ser novios, habíamos terminado la relación y todo volvió a su lugar.

- Bueno, seguramente te cacharon en la joyería comprando el anillo y por eso sacaron la nota - respondí con una sonrisa, siguiéndole el juego por completo - te aseguro que si hoy entro a una farmacia, el siguiente titular dirá "Sylvie Ballard embarazada: ahora sabemos por qué ella y Joyce se casan" - me reí de mi propio invento y cuando él dijo que yo era adorable sonreí y señalé mi mejilla - lo sé, ahora dame un beso y luego vete a bañar que se nos hará tarde

Realmente esa forma de despertarme me hacía estar de mejor humor. En ese sentido tenía que agradecerle que fuera tan dulce y agradable. Reí con ganas cuando dijo que seguramente me habrían pillado comprando el anillo en la joyería. A modo de broma abrí mucho los ojos como sorprendido ante su siguiente frase.

-¿Embarazada? -pregunté exagerando un poco mi tono de voz- No me des esos sustos tan temprano Syl... -sonreí travieso. Asentí cuando señaló su mejilla y pidió que le diera un beso. Me incliné hacia ella besando su mejilla dulcemente.
-Buenos días preciosa -dije antes de revolverle el cabello juguetonamente y levantándome para ir a darme una ducha.

Me encantaba oír a Bryan reír de aquella manera, su risa era contagiosa y yo no pude evitar soltar una risita. Cuando él amanecía de tan buen humor, yo no podía evtar pornerme igual. Él abrió enormemente los ojos y yo me fui a sentar a su lado en la cama mientras tomaba su mano entre las mías.

- Lo lamento Bryan, sé que es pronto, pero estoy segura de que serás un gran padre - dije seriamente, si fuera alguien más, no sabría que era broma, no por nada era actriz.

Él me dio un beso en la mejilla y yo sonreí enormemente cuando me dijo preciosa, adoraba cuando él era tan dulce conmigo. Sin embargo, cuando me despeinó yo le miré feo y al verlo caminar hacia el baño, le arrojé una almohada a la cabeza.

- ¿Por qué me despeinas cuando yo ya estoy lista?- dije berrinchuda y lo miré con el ceño fruncido. Porque lo odiaba, y él lo sabía.

Intenté ponerme serio cuando ella dijo que era pronto, pero que sería un gran padre, y asentí convencido.
-Eso ni lo dudes -dije sonriendo y me encogí de hombros guiñándole un ojo. Cuando la despeiné y me aparté me pareció ver que se había molestado un poco, lo cuál yo me había buscado solito con ese gesto.
Sonreí cuando me tiró la almohada, que me dio en la cabeza, pero sin hacerme daño. Esos juegos por la mañana me ponían todavía de mejor humor. Sonreí desde la puerta de la habitación y le lancé un beso antes de irme al baño a ducharme. Sabía que odiaba que la despeinara, pero no podía evitarlo, por una parte me gustaba hacerla enfadar un poquito, aunque luego me sintiera algo mal, ya que ella era siempre encantadora conmigo.

Negué un poco con la cabeza al oír a Bryan, a veces era un poquito ególatra, y como su mejor amiga era mi deber bajarle un poco los humos. La verdad es que la confianza que había entre nosotros era algo increíble. Cualquiera diría que tras tantos años ya nos habríamos hartado el uno del otro, pero no había sido así. Bryan y yo nos aceptábamos como éramos y por ello nuestra amistad había durado tanto.

- Ya métete a bañar, a ver si así te quitas esa egolatría que te cargas - le dije en broma y cuando él me mandó un beso yo correspondí al gesto del mismo modo.

Mientras Bryan se bañaba, yo terminé el desayuno y serví el jugo en dos vasos mientras hojeaba el libreto por la que tenía que ser millonésima vez. De todos los personajes que interpretaba, Julieta era la que menos me gustaba.

- Una rosa, con otro nombre seguiría teniendo la misma fragancia... - murmuré con desgana

Reí cuando dijo que me fuera ya a bañar a ver si se me quitaba la egolatría que cargaba encima. Negué con la cabeza sonriendo, caminando derechito hacia el baño, después de coger la ropa que iba a necesitar.

No sé si la egolatría se me quitó, pero la pereza que tenía encima sí. La ducha me había sentado de maravilla, y salí del baño ya vestido, sintiéndome como nuevo. Fui a desayunar sin más demora, y cuando llegué oí a Sylvie recitar un fragmento de Romeo y Julieta.

- Si de tu palabra me apodero, llámame tu amante, y creeré que me he bautizado de nuevo, y que he perdido el nombre de Romeo -recité sonriendo y sentándome al lado de Sylvie. Tomé uno de los vasos, guiñándole un ojo a Sylvie a modo de agradecimiento por haberme servido el jugo. Cogí la revista que había traído, con desgana.

-Alguna novedad aparte de nuestra boda? -pregunté con una pequeña sonrisa tomando apenas un sorbo de jugo. Me encantaba saborearlo poco a poco, no bebérmelo todo de golpe.

Bufé al oír como Bryan llegaba y recitaba la contestación a mi línea, odiaba a Julieta, prefería encarnar a una malvada Lady Macbeth, pero con Bryan como Roméo, no podía quejarme, después de todo, ROméo y Julieta había sido la primera obra que habíamos hecho juntos, y la que nos había traído a esta compañía.

- Pero qué guapo, te ves mucho mejor - dije guiñándole un ojo mientras tomaba un sorbo de café.

Bryan preguntó si había algo más interesante además de nuestra boda y yo me reí un poquito mientras comía un pedazo de piña.

- Pues no en realidad, he visto un par de críticas a la compañía, todas son buenas, pero eso porque Stella está de vacaciones - respondí a su pregunta frunciendo los labios...si había una crítica que la compañía debía temer, era a ella. - Pero me quedo con la noticia de nuestra boda, me gustan las bodas - dije para luego echarme a reír y así olvidar la mención de Stella

La miré con una pequeña sonrisa de disculpa cuando ella bufó. Yo sabía que Julieta no era el personaje que más le gustaba representar a Sylvie. En realidad, a mí Romeo tampoco me apasionaba, prefería a Hamlet. Pero le tenía un cariño especial a Romeo porque de cierta forma era el que me había traído a la compañía.

-Muchas gracias -dije sonriendo sinceramente y tomando otro sorbo de jugo- Tú también te ves estupenda, pero eso siempre -añadí devolviéndole el cumplido. Ojeé la revista por encima, escuchando lo que Sylvie me decía.
Iba a leer la crítica, pero al saber que no era de Stella y que nos elogiaba la dejé para otro momento. Era curioso, pero a mí me llamaba más la atención leer una crítica de Stella que la de cualquier otro crítico. Quizá porque de alguna manera me gustaba saber lo que decían nuestros detractores, aunque fuera por una cuestión personal.

Solté una breve risita cuando dijo que se quedaba con las bodas, justo cuando di con una noticia que hablaba sobre el nuevo show de TV que estrenaba la productora de mi hermano. Rodé los ojos y cerré la revista. Me gustaba que a mi hermano le fueran bien las cosas, pero eso significaba que seguiría insistiéndome en que dejara el teatro.

No muchas personas conocían el poco aprecio que le sentía a Julieta, pero la verdad es que gracias a ese papel ahora estaba donde estaba, al igual que Bryan y Roméo. Además, recordaba la primera vez que la habíamos interpretado, nos habíamos "dado el primer beso", ficticio por supuesto, pero el primero al fin y al cabo.

- Sé que Roméo y Julieta no es nuestro máximo, pero le tengo mucho cariño porque fue la primera que hicimos juntos - le dije sonriéndole con ternura y tomando su mano con cariño.

Me reí cuando dijo que yo estaba hermosa siempre y mis mejillas se sonrojaron, ese era un cumplido que me lanzaba mucho y a pesar de ser mi mejor amigo, me gustaba que me lo dijera.

Observé cómo cerraba la revista y bufaba. No había que ser un genio para saber lo que pensaba. Había alcanzado a ver que observaba el artículo que hablaba de su hermano. Me levanté y me paré tras él, masajeando sus hombros con cariño.

- Eres un actor excelente, no importa el campo en el que desees desarrollarte, y sabes que me tendrás a mí siempre - intenté consolarlo mientras besaba su mejilla

La miré sonriendo cuando dijo que a pesar de todo le tenía mucho cariño a Romeo y Julieta, ya que había sido la primera obra que habíamos representado juntos. Asentí con una sonrisa soñadora, recordando el tiempo en la escuela, en que las preocupaciones que teníamos no parecían nada comparadas con las que teníamos ahora.

-Estaba pensando en lo mismo -musité suspirando levemente- Creo que le debemos mucho más de lo que nos gustaría -sonreí sinceramente, acariciando su mano cuando tomó la mía. Cualquiera que nos viera pensaría que somos pareja... Y personalmente yo apreciaba mucho más la relación de amistad que teníamos ahora que cuando salimos durante un tiempo.

Sylvie enseguida se dio cuenta de lo que me pasaba cuando cerré la revista. Sonreí mirándola con cariño ante sus palabras de ánimo -Ya, Syl, pero no es eso lo que me preocupa -murmuré encogiéndome de hombros- En realidad agradecería que Kyle supiera ver que hay algo más allá que su pequeño mundo televisivo... Pero no importa, espero que algún día me entienda -me frustraba la actitud de mi hermano. Yo me llevaba muy bien con él y en cierto modo le admiraba. Por eso me costaba entender su forma de actuar con respecto a mis decisiones.

LE correspondí a la sonrisa a Bryan y continué acariciando su mano. La verdad es que sí tendíamos a tener actitudes que podrían hacernos pasar por pareja, pero ambos estábamos plenamente seguros de lo que sentíamos el uno por el otro. Además ya habíamos intentado ser pareja una vez, y era demasiado extraño para ambos. Entonces me pregunté cómo me sentiría cuando él me dijera que tenía novia. Los dos ya habíamos tenido relaciones con otras personas anteriormente, pero ahora uqe estábamos más unidos, me preguntaba cómo sería. probablemente seguiría celosa como siempre. Me reí.

- Estaba pensando en que, aún me pondré celosa cuando traigas una novia, sólo avísame si van a hacer cochinadas para que me vaya con mi hermano - dije riendo.

Me quedé masajeándolo silenciosamente, sabía lo que opinaba de su hermano, pero yo no quería decir mucho, pues Kyle Joyce parecía creer que yo era una pésima influencia en su hermano y que era yo quien estaba evitando que él avanzara. Y pese a saber que no era así, me ponía a pensar que quizás así fuera, al fin y al cabo, yo siempre arrastraba a Bryan conmigo y mis planes cuando quizás él prefería otra cosa. Sin poder evitarlo, me mordí el labio nerviosamente.

Vi que estaba algo pensativa, y no pude evitar preguntarme en qué estaría pensando. conocía bastante bien esa expresión de su rostro como para saber que algo rondaba por su cabeza. Cuando habló solté una risita y le saqué la lengua.

-No quiero escenitas de celos o me espantarás a todas las chicas que traiga -bromeé divertido con aire de suficiencia. Yo no era para nada un rompecorazones, ni andaba con mil chicas a la vez, así que por eso no tenía que preocuparse. Me bastaba con que la persona a la que quería me quisiera a mí... Y de momento no podía hacerme demasiadas ilusiones.

Cuando hablé de Kyle noté que se quedaba callada, mirándome. Y esta vez su expresión me preocupó algo más. Apuré lo que me quedaba de jugo y la miré con una sonrisa interrogante -Bueno, ¿qué es lo que pasa? -pregunté directamente, sin andarme con rodeos. No tenía sentido hacerlo, ya que creía que teníamos la suficiente confianza como para contar lo que pasara por nuestra cabeza.

Yo era una chica celosa, no valía la pena intentar discutirle ese punto a Bryan, pero la verdad es que me había vuelto tan cercana a él, que no quería uqe nadie lo lastimara, porque él era un chico con un corazón muy bello y puro. ME reí un poco al oír que espantaría a las chicas y yo, sinceramente, no creía que fuera así. Quería que Bryan trajera una chica decente...o yo le buscaría una.

- ¿Sabes? en vista de que tú no te pones las pilas, yo lo haré, te conseguiré una novia linda, dulce y que te merezca - dije ya pensando en las posibles candidatas.

PEro el tema se desvió a su hermano, el cual por cierto me odiaba, y como Bryan me conocía tan bien, sabía que había algo extraño ahí. Como fuera, yo no quería que él creyera que yo tenía algo en contra de su hermano, y no quería que él se peleara con su hermano por mí. Pero no podía mentirle, y no deseaba comenzar a hacerlo ahora pues nunca lo había hecho.

- Vale, tu hermano cree que yo tengo la culpa de que no avances en tu carrera. Al parecer Kyle es de la idea de que yo estoy reteniéndote a mi lado para que no amplies tus horizontes- saberlo era una cosa, decírselo a él así, era otra muy distinta.

La miré algo sorprendido cuando dijo que ella se ocuparía en conseguirme una novia. Negué con la cabeza incrédulo y sonreí con resignación. -Pues tienes trabajo -suspiré rodando los ojos- Aparte, miedo me das, apuesto a que someterás a cada chica a un tercer grado horrible... -dije mirándola seriamente, pero no pude evitar soltar una carcajada divertida.

Escuché lo que me decía de mi hermano, pero rápidamente negué con la cabeza -Nada de eso Syl -dije mirándola fijamente- Escúchame, y no lo pongas más en duda... -pedí sin apartar mis ojos de los suyos- No es cierto que tú me retengas... El teatro es mi vida, y no lo dejaré mientras siga subiéndome a un escenario y sintiendo ese cosquilleo, esas sensaciones inexplicables... -añadí suspirando- Sé que tengo mejores ofertas, pero de momento este es mi sitio, y de aquí no me muevo -aseguré sonriendo- Así que no pienses ni por un instante en que tú tienes la culpa -finalicé tajantemente.

La verdad tenía un par de candidatas para ser novias de Bryan, pero no dejaría que cualquiera lo fuera, no señor, mi mejor amigo merecía una chica linda, adorable y tierna. Yo quería verlo feliz y me aseguraría que así fuera. Entonces me quedé pensando en lo que pasaría cuando eso pasara, quizás a Bryan ya no le gustaría vivir conmigo, o a su novia. Depsués de todo ¿a qué chica le gusta que su novio viva con otra?

- ¿Oye Bryan cuando tengas novia, me vas a seguir queriendo igual? - pregunté algo triste, no quería ni imaginarme cuando llegara una novia que en verdad lo enamorara.

Escuché lo que me dijo con respecto al teatro, yo también entendía esos sentimientos, estar en el escenario, con tus espectadores, recibir flores y el aplauso de ellos, era mucho mejor que estar frente a la televisión.

- Me alegra saber que pienses eso, y creo que sabes que si algún día quisieras hacer una película o trabajar en la televisión...yo voy a seguir apoyándote, porque te adoro - terminé dándole un beso sonoro en su mejilla

Si Sylvie estaba pensando seriamente en buscarme novia tendría que empezar a preocuparme... Aunque en fin, tampoco era para tanto, al menos estaba seguro de que si fuera por ella querría lo mejor para mí. Claro que ella no sabía que yo ya me había fijado en alguien... Vale, nos lo contábamos casi todo, pero no veía la necesidad de mencionarle nada sobre eso de momento... Al fin y al cabo era algo casi imposible, ¿no?

Sonreí ante su pregunta -Pues vaya cosa... -dije fingiendo indignación ante lo que había dicho- Pues claro que te seguiré queriendo igual -aseguré sonriendo. En realidad no me había dado cuenta de cómo podría sentarle a Sylvie que yo estuviera con alguna chica, lo que me hizo sentir algo insensible. Pero al fin y al cabo, nuestra amistad era lo suficientemente fuerte como para resistir algo así.

Asentí convencido de que Sylvie hablaba con total sinceridad. Sonreí agradecido por sus palabras -Ya lo sé Sylvie, sé que cuento con tu apoyo si algún día se me cruzan los cables y decido dejar el teatro -sonreí divertido- Pero ahora mismo nada me llama más la atención que trabajar para la compañía, y tengo que decir que no sería igual de divertido y apasionante si no estuvieras conmigo... -reconocí abiertamente- Pero eso no quiere decir que abandonaría el teatro en busca de otros proyectos...

Sabía que nada cambiaría entre Bryan y yo si alguno de los dos tenía una pareja, pero eso no quería decir que a nuestras parejas les fuera a caer bien que viviéramos juntos o que fuéramos tan cercanos.

- Vale, pero mejor te la consigo yo, así me aseguro uqe no tenga nada en contra mía y que sepa que sólo eres mi mejor amigo y nada más - decreté mientras me terminaba mi jugo y miraba el reloj - venga termina tu desayuno que aún debes ayudarme a bajar unas cajas de mi armario

Sonreí al oírlo decir que no sería tan apasionante si yo no estuviera con él, y aunque yo lo adoraba, a veces sentía que nuestra amistad ya la daba por sentado. No sé, a lo mejor solo eran imaginaciones mías, depsués de todo, nunca habíamos peleado...o ¿eso era lo que estaba mal?

Reí cuando dijo que mejor me conseguía ella pareja para asegurarse de que no tuviera nada en su contra. Por el momento sería mejor dejarlo así -Está bien, te nombro mi celestina particular -dije entre risas.

Íbamos bien de hora, aunque seguramente no seríamos los primeros en llegar -Nate debe estar en el teatro desde las 6 de la mañana -exageré a modo de broma, pensando en la seriedad con la que se tomaba nuestro director su trabajo. Terminé mi desayuno y me puse en pie con rapidez.


-Está bien, vamos a por esas cajas -dije sonriendo y tomé aire, como si me fuera a enfrentar a mi peor enemigo. La verdad es que estaba exagerando un poquito, a fin de cuentas no podía evitar actuar, incluso cuando no estaba sobre un escenario. Claro que fuera de este tendía a mostrarme sobreactuado a propósito.

No estaba segura de que me agradara ser una Celestina, pero si podía conseguir que mi mejor amigo fuera feliz con una chica que yo le encontrara, entonces no iba a quejarme para nada. De cualquier modo, esperaba un poco de ayuda de su parte.

- Vale, seré tu Celestina pero necesito un poco de ayuda, deberías sonreír más y ser más amable y dulce, como lo eres conmigo - dije guiñándole un ojo y despeinándole el pelo con cariño.

Él se quejó de las cajas y yo rodé los ojos, como si fuera a cargar pedazos de ladrillo. En fin, llegamos a mi recámara y me subí al banquito que ya tenía listo frente al armario, sin embargo, no alcancé a subir porque mi pie se atoró y casi caigo al suelo de no ser porque Bryan me atrapó.

Sonreí cuando me despeinó. Normalmente no solía tolerar que jugaran con mi pelo, pero a Sylvie se lo pasaba, ya que en el fondo, me agradaba la forma en la que me despeinaba. Chasqueé la lengua fingiendo molestia y la seguí hasta su cuarto.

-Yo siempre soy dulce y adorable, Syl, no sé a que vienen las dudas -bromeé entre risas. La verdad es que con Sylvie solía ser mucho más natural que con el resto de las personas, pero procuraba mostrarme siempre amigable y simpático.

Entramos en el cuarto y vi que había dejado preparada una banqueta para subirse, pero cuando fue a hacerlo tropezó y a punto estuvo de caer al suelo. Por fortuna yo estuve atento y conseguí cogerla -Cuidado, no quiero quedarme sin Julieta a las primeras de cambio -dije mirándola algo preocupado -No me des estos sustos tan temprano -murmuré sonriendo levemente, quitándole importancia a lo que había pasado.