Hasta en los sueños está Shakespeare [Sylvie]

Recuerdo del primer mensaje :

Apenas había podido dormir esa noche. Cada vez que cerraba los ojos frases del texto de Shakespeare que estaba estudiando me venían a la cabeza, bombardeándome y no dejándome conciliar el sueño. Definitivamente me estaba dejando absorber por el personaje. Ya eran las siete de la mañana, y no había dormido más de media hora seguida. Me revolví de nuevo entre las sábanas, intentando recordar y memorizar parte del texto en mi cabeza, a ver si así conseguía conciliar el sueño...
"Pero, ¡silencio!, ¿qué resplandor se abre paso a través de aquella ventana? ¡Es el Oriente..." sentía la cabeza cada vez más pesada... "...el Oriente y Julieta, el sol! ¡Surge esplendente sol y m..." mi cerebro dejó de trabajar, sumiéndome en un plácido sueño...

Sabía que una de las manías de Bryan era no dejar que nadie tocara su fabuloso cabello, pero yo por ser su mejor amiga gozaba de la inmunidad, no podía hacerme nada porque él también me despeinaba y yo también lo odiaba. Y hablando de las actitudes odiosas, tenía que venir con su "yo soy dulce y lindo" yo negué con la cabeza, mi mejor amigo el ególatra.

- Bryan el ególatra al habla - dije mientras me veía sonriendo pese a querer parecer seria. Bryan siempre lograba sacarme una sonrisa como fuera. Era simplemente increíble.

Odiaba mi mal equilibrio, lo detestaba, afortunadamente había caído en los brazos de Bryan porque si no me hubiera dado un buen golpe. Pero al incorporarme, no pude evitar un grito de dolor, al parecer me había razgado el tobillo con un clavo y ahora me sangraba.

- Genial, simplemente genial, gracias al cielo Julieta usa vestidos largos, sino Nate me mataría...ayúdame a llegar a la cama Bry, por favor - pedí mientras me apoyaba en él suavemente.

Reí cuando dijo lo de "Bryan el ególatra al habla". La miré con una sonrisilla maliciosa, por lo que ya podía esperarse que no me iba a quedar callado. A veces era sumamente predecible, aunque claro, también buscaba serlo.
-Sylvie la quejica al habla -dije sacándole la lengua. Ese tipo de bromas probablemente las tolerábamos sólo entre nosotros. No permitiría a mucha más gente que me llamara ególatra.

La ayudé a incorporarse, y ella emitió un quejido de dolor. La miré extrañado y seguí su mirada, que se dirigía a su tobillo. Vaya, se había hecho daño, seguro. Me pidió que la ayudara a llegar hasta la cama y sin mediar palabra la cargué y la llevé hasta su cama, donde la deposité suavemente -Déjame ver... -dije examinando su tobillo, algo preocupado- No pasa nada, se puede curar -añadí mirándola y sonriendo- Espera aquí voy a por vendas y agua oxigenada.

Bryan me dijo quejica y yo lo miré feo mientras le sacaba la lengua un le daba un zape. Yo no era una quejica para nada, que me cayera era sólo símbolo de mi mal equilibrio y de lo despistada que era, además si me quejaba era porque en verdad dolía.

Él me cargó y me llevó a la cama, lo que yo agradecí y cuando me revisó, no pude evitar derramar unas cuántas lágrimas. ME dijo que iría por el agua oxigenada y unas vendas y yo asentí con la cabeza mientras me reía un poco.

- Ahora es Bryan el doctor, al habla

Reí cuando dijo lo de Bryan el doctor al habla. Incluso lastimada, Sylvie era capaz de mantener el buen humor -Lo sé, debería dejar el teatro y empezar a estudiar medicina -reí y fui a buscar el material para curarla.
Volví con rapidez y examiné con seriedad su tobillo, de nuevo. Alcé la vista hacia sus ojos con una sonrisa traviesa -Uhm... Lo veo bastante mal, vamos a tener que amputar.... -bromeé divertido, intentando quitarle un poco de tensión al asunto. Con cuidado le eché un poquito de agua oxigenada y comencé a curarle la herida, al tiempo que soplaba suavemente sobre la herida para que no notara tanto escozor. Bueno, peor hubiera sido si utilizara alcohol...
-Debes tener más cuidado, un día te harás daño de verdad -dije mirándola preocupado, mientras seguía curándola.

Suspiré mientras veía a Bryan salir de la habitación para ir a traerme algo para curar mi herida. A veces me sorprendía porque Bryan siempre tenía una solución para todo. Además podía hacer cualquier cosa y a cualquier hora si yo se lo pedía. Una vez me dolía el estómago a las 3 de la mañana y él se levantó a hacerme un té. Era un amigo maravilloso, no podría encontrar nunca uno igual. Nunca y en ningún lado.

- ¿Te he dicho últimamente lo mucho que te adoro? - pregunté haciendo caso omiso a su comentario de dejar el teatro. Sin embargo, cuando dijo que había que amputarme el pie, yo lo miré feo y lo pateé suavemente mientras fruncía el ceño - puedes olvidar mi comentario anterior, ya no te adoro..

Otra lágrima cruzó mi mejilla, ya no por el dolor, sino porque me sentía algo sensible, Bryan siempre me trataba con tanta ternura que yo no podía creerlo. Él me miró preocupado y yo acaricié su cabello tiernamente - Descuida, aún tendrás Sylvie por mucho tiempo

Sonreí mirándola con dulzura cuando preguntó si me había dicho últimamente cuanto me adoraba- Para o me harás sonrojar -dije soltando una pequeña risita y volví a fijar la vista en su tobillo. Recibí una pequeña patada como respuesta a mi comentario desafortunado- Está bien, me lo merecía -dije encogiéndome de hombros y guiñándole un ojo.

Noté que otra lágrima surcaba su mejilla -Te duele mucho? -pregunté preocupado, pero tenía la sensación de que esa lágrima no se debía a su herida, sino a otra cosa. Me quedé mirándola interrogante, hasta que dijo que tendría Sylvie para rato- Eso espero- murmuré, terminando de curarla, y sonreí ampliamente cunado acarició mi cabello- Esto ya está, tan sólo procura tener cuidado con la herida, y no hacer movimientos bruscos o puede volver a sangrar -dije mirándola fijamente.

Bryan era un encanto en verdad. Pese a ser bromista, siempre había sabido hasta donde llegar. Jamás se propasaba con sus bromas para nunca hacerme sentir mal por ellas. Y había que reconocer que lo de amputarme el pie había tenido su gracia.

ÉL preguntó si me dolía y yo negué con la cabeza mientras lo miraba fijamente con una sonrisa - no, es sólo que se siente lindo que alguien te cuide como tú me cuidas a mí - contesté mientras secaba mis mejillas.

-Gracias por curarme, Bryan, eres el mejor - dije besando su mejilla y abrazándolo con cariño

La miré con cariño cuando dijo que se sentía lindo que la cuidaran -Definitivamente te has propuesto hacerme sonrojar -dije bajando la mirada distraídamente, con una sonrisa dulce- Seguro que pronto encuentras a alguien que te cuide mejor que yo y te olvidas de mí -dije haciendo un puchero en broma.

Sonreí cuando besó mi mejilla y me abrazó. Correspondí su abrazo y acaricié su mejilla -Más vale que nos pongamos las pilas y nos demos prisa o Nate se buscará otros Romeo y Julieta -reí levemente- Aunque dudo que pueda encontrar unos mejores que nosotros- dije con un punto de egolatría.

Me reí cuando cuando hizo su puchero y yo pensé que no podría haber ningún chico como Bryan. La verdad él siempre sería especial tuviera o no tuviera novio, él siempre sería genial.

- Vamos, sabes que aún teniendo novio te adoraré como siempre, eres un encanto...además voy a casarme contigo ¿lo olvidas? - le pregunté guiñándole un ojo.

- Está bien vámonos, que si no, nos pondrán a limpiar las butacas...que no creo que lo hagan, soy la mejor Julieta del mundo.

La miré sonriente cuando mencionó que tuviera o no novio me adoraría igual. No pude evitar echarme a reír cuando dijo que de igual modo nos íbamos a casar -Y, pero sólo es una boda por conveniencia -reí guiñándole un ojo y sacándole la lengua- Por cierto, deberíamos empezar ya con los preparativos, no crees -dije siguiendo la broma- Tiene que ser por todo lo alto...

Asentí cuando dijo que nos fuéramos. -No creo que nos ponga a limpiar butacas, aunque si lo hicieran quedarían relucientes, seguro -reí divertido. Si nos empeñábamos en algo, Sylvie y yo podíamos ser los mejores. -¿Puedes caminar sin problemas, verdad? -pregunté algo preocupado.

Me reí ante todo lo referente a nuestra boda. No entendía por qué ser víctimas de tanto chisme, como le había dicho antes, si me paraba en la farmacia un día de éstos, me dirían que estaba embarazada, y si el rumor llegaba a Stella, nos iría de la patada. Quizás deberíamos de aclarar de una buena vez que no somos pareja.

- ¿Sabes? Hablando ya en serio, me pregunto si no será mejor aclarar la verdad de que no somos novios, me preocupa lo que puedan hacerle los rumores a nuestra carrera...aunque también pienso que es buena publicidad, he oído a chicas decir que no todos los Roméos y Julietas se besan como tú y yo - le comenté con una carcajada.

Bryan preugntó si podía caminar bien y yo asentí con la cabeza, Nate no querría una Julieta coja.

- Estoy bien, descuida...pero vámonos ya, no quiero limpiar butacas, prefiero peinarte

Asentí cuando me dijo que quizá sería lo mejor aclarar nuestra situación ante los demás. A mí en realidad me daba un poco igual, ya que poco me importaba lo que dijeran los demás, pero sabiendo las repercusiones que podría tener, quizá sí sería lo más conveniente. Sonreí cuando dijo que de todas formas era publicidad.

-Ya... -murmuré mirándola- El problema es cuando llegue publicidad negativa... Seguro que a Stella le encantaría saber algo más de nosotros -dije frunciendo el ceño. Si nos tomaba a nosotros también en su punto de mirar tendríamos problemas.

La miré negando con la cabeza, con gesto de resignación cuando dijo que prefería peinarme -Bueno, si no tenemos que limpiar butacas te dejaré que me peines -dije sonriendo.

La verdad yo era de la opinión de que, no haciéndole caso a la prensa, ésta se cansaría y nos cambiaría por otra historia que les pudiera dar más beneficios. QUizás otro hijo de Angelina y Brad...o no sé, que los Back Street Boys se reunirán de nuevo ¿qué se yo? debe de haber 20 mil notas más interesantes que Bryan y yo a punto de casarnos.

Claro que había otra cosa, no quería que Stella nos usara a nosotros para sus críticas, no todos sabían de su pasado con Nate, Bryan y yo éramos de los pocos y debíamos de irnos con cuidado con ella, ya que sus críticas podían destruir la carrera de cualquiera. Además Nate nos había dado una gran oportunidad y yo quería demostrarle que Bryan y yo podíamos ser muy profesionales y que no estaríamos metidos en toda esa prensa amarillista.

- ¿Sabes? Lo que me preocupa del asunto, es lo que peuda hacer Stella con eso, hará lo que sea por arruinar a Nate y nosotros somos sus protagonistas, si ella se agarra de eso, tendremos problemas, además no podemos defraudarlo Bry, sin él seguiríamos en obras escolares - le comenté a mi mejor amigo seriamente mientras me ponía una sudadera roja y ésta quedaba atorada a mis aretes. Bufé molesta - ¿por qué todo me pasa a mí? Bry, ¿me ayudas?

Cuando estuvimos listos, salimos a la sala y ahí tomé mis llaves que estaban colgadas y dejé ahí las del coche, estábamos demasiado cerca del teatro como para irnos caminando. Claro que el flojo de Bryan no le gustaba irse caminando.

- Hoy nos vamos caminando - le previne con una sonrisa

A mí también me preocupaba, y mucho, lo que podía hacer Stella. De momento sólo la tenía cogida con Nate, y sus razones tenía, pero tampoco podía ser tan bruja y despiadada como era cada vez que se estrenaba alguna obra de la compañía. En fin, llegaría el día en que nadie la tomaría en serio, aunque áun parecía estar lejos, y no quería jugármela con ella.

-Lo mejor que podemos hacer es trabajar como siempre y hacer oídos sordos a todo lo que se diga sobre nosotros -reflexioné pensativo- Es lo mínimo que debemos a Nate. Si nos metemos en otras cuestiones es posible que aludan a falta de profesionalidad de los actores para echar abajo la obra...

Reí un poco cuando se enredó con la sudadera. Me hacía mucha gracia la torpeza ocasional de Sylvie. A mis ojos la hacía aún más adorable. La ayudé cuando me lo pidió, con una sonrisa cariñosa -No vas a cambiar nunca ¿verdad? -pregunté divertido- No, mejor no lo hagas, eres genial así -dije guiñando un ojo.

La miré entre cansado y perretoso cuando dijo que iríamos caminando -Oh vamos Syl, que estoy demasiado cansado como para caminar -dije haciéndome el remolón, pero sabía que no conseguía nada. Me resigné a ir caminando, aunque no me apetecía nada.

Asentí completamente de acuerdo con Bryan, mientras menos diéramos de qué hablar, mejor para la compañía, además el pobre de Nate ya tenía para preocuparse por Stella, lo mejor que podríamos hacer nosotros era quedarnos tranquilos e ignorar los comentarios de la prensa. Aunque yo seguía con la idea de no pisar una farmacia pronto. Yo y mis paranoias, lo sé, pero más vale prevenir que lamentar.

- De acuerdo entonces, si nos preguntan, sólo diremos que lo que atañe a nuestra vida privada sólo nos conscierne a nosotros y que nuestro trabajo dentro de la compañía es nuestra prioridad ¿te parece? - pregunté mientras terminaba de arreglarme.

Bryan me ayudó a desatorarme y me reí cuando me dijo que era genial así como era y yo le sonreí mientras le daba un sonoro beso en la mejilla - me alegra que así sea genial porque aún me tendrás mucho, mucho tiempo a tu lado, sin ti un día un zapato o un vestido me matarán

Él dijo estar cansado y yo lo ignoré, nos iríamos caminando, le gustara o no.

Asentí cuando propuso que dijéramos que nuestra prioridad era la compañía y que nuestra vida privada nos concernía sólo a nosotros -Claro que me parece -respondí sonriendo- Deberíamos hacerlo así, y el que quiera hablar que hable, pero no les daremos motivos para hacerlo -dije con seguridad.

Reí cuando dijo que sin mí un zapato o un vestido la matarían -No seas exagerada -dije sonriendo- No eres tan torpe como crees -apunté, mirándola- Encima de un escenario eres grácil y ligera, como si flotaras -sonreí levemente- Sólo intenta controlarlo de la misma manera fuera del escenario -dije encogiéndome de hombros.

Ignoró mi protesta sobre ir caminando y yo hice un puchero con algo de disgusto, pero acepté resignado. Cuando a Sylvie se le metía algo en la cabeza no había nada que hacer para quitársela. Bueno, al menos esperaba que el paseo hasta el teatro me despejara un poco.

Amaba actuar, era mi vida, pero odiaba que con ello vinieran los paparazzis, eso sí que no lo soportaba, además ni que Bryan y yo fuéramos taaaan importantes para publicar tanta basura de nosotros. Pero como bien decía Bryan, decir que la prioridad era el teatro era lo mejor. Además, si se daba el caso, sabíamos que Nate siempre nos respaldaría, pues por algo estábamos donde estábamos.

- Bueno, supongo que es lo mejor hacerlo así, y en darse el caso, creo que contaríamos con Nate para terminar con los rumores, él siempre ha sido muy bueno con nosotros - comenté entrando al baño para lavarme los dientes rápidamente.

ME sonrojé por completo cuando Bryan dijo que no era tan torpe en el escenario. La verdad no sabía que me sucedía, es como si entrando a mi papel, la torpeza quedara de fuera. De hecho, Nate decía que, de no conocerme como lo hacía, jamás creería que fuera tan torpe.

- Ojalá pudiera, pero es como si la torpeza se me quitara cuando estoy en el escenario, supongo que es parte de cómo soy, que yo sepa, Julieta no se cae del balcón a los brazos de Roméo - dije riendo.

Salimos del piso y yo estaba a punto de cerrar cuando recordé la caja que tenía que llevar, además me había lastimado el pie y no quería forzarme mucho así que miré a Bryan con una sonrisa derrotada.

- Vale, ve por la caja de mi recámara y yo por las llaves del auto

Asentí cuando mencionó que Nate siempre había sido muy bueno con nosotros. La verdad era que Nate nos había dado una oportunidad cuando quizá otro director no lo hubiera hecho. Además, habíamos aprendido mucho con él, ya que siempre se preocupaba de que diéramos lo mejor de nosotros mismos.

-Sí, estoy seguro que Nate no permitirá que la presión nos descentre... Además la obra que estamos preoarando es demasiado importante para él -reflexioné en voz alta.

Reí cuando dijo que Julieta no caía del balcón en brazos de Romeo -Eso sería digno de verse y le daría otro enfoque a la representación -reí imaginando la situación. Definitivamente me alegraba que a Sylvie se le quitara esa torpeza cuando estaba sobre un escenario.

Cuando estábamos a punto de cerrar la puerta, Syl me miró con una sonrisa indulgente y supe que había ganado la partida. Sonreí de oreja a oreja cuando sus palabras confirmaron mis presentimientos.
-De acuerdo -dije entrando rápidamente antes de que se arrepintiera de su última decisión. Cogí la caja y fui de nuevo hacia la puerta -¿Te molesta el tobillo para conducir? -pregunté mirándola- Si quieres manejo yo... -pedí sonriendo, con ojos de cachorrito. Yo era algo temerario al volante y no sabía si Syl me confiaría el volante de su coche

La verdad yo entendía el por qué Nate ponía tanto empeño en la obra, ROméo y Julieta era una de las representativas de Shakespeare. Si queríamoz que la gente noz tomara máz en cuenta y decidiera ir a ver nueztraz demáz obraz. Teníamoz que dezlumbrar con ézta. Y eztaba zegura de que Bryan y yo podríamoz con ella.

Me reí al imaginarme cayendo del balcón a lo brazoz de Bryan, zeguramente él me atraparía, de ezo no me quedaría ninguna duda, pero el pobre ze llevaría un golpe enorme.

Negué con la cabeza con una zonriza en miz labioz, zabía que ya que había cedido a que noz fuéramoz manejando, no faltaría mucho para que me pidiera que manejara él y yo no podía negarle nada a eza carita de cachorrito.

- Odio que puedaz convencerme de todo con eza carita de cachorrito que ponez -- dije dándole un bezo en la mejilla y laz llavez de mi coche.

-Tendríamos que hacer que Nate estuviera orgulloso de nosotros -dije sonriendo -Otra vez... -murmuré encogiéndome de hombros. Si Nate seguía confiando en Sylvie y en mí era porque siempre le dábamos buenos resultados de crítica y público.

Sonreí contento cuando aceptó dejarme que llevara el coche y tomé las llaves antes de que se arrepintiera -¿De qué más necesitas que te convenza? -pregunté sonriendo ampliamente -Para ponerte carita de cachorrito, digo -añadí guiñando un ojo con algo de malicia- Lástima que cada vez te resistas más, llegará un día que estés inmunizada -bromeé divertido.

La verdad no me preocupaba demasiado Nate, nosotros siempre hacíamos un buen trabajo. No quería sonar arrogante, pero somos buenos actuando, la química entre nosotros sobre un escenario es maravillosa y creíble, además de que siempre estábamos a tiempo y nunca faltábamos a los ensayos.

- Nate no puede quejarse de nosotros, creo que somos de los pocos actores que no hemos faltado ni llegado tarde - le comenté mientras acomodaba las cosas en mi bolso.

Él tomó las llaves y yo no pude evitar sonrír un poco melancólica, era tan fácil que Bryan se saliera con la suya que yo sentía que ya no se tomaba las cosas demasiado en serio, pues sabía que siempre funcionaría conmigo.

Desde luego que Nate no podía quejarse de nosotros por la puntualidad. Ni tampoco por nuestra profesionalidad, ya que encima del escenario dábamos lo mejor que teníamos. Quizá le sacaba algo de quicio que yo fuera algo despreocupado y estuviera siempre alegre y juguetón, pero lo compensaba con mi actitud sobre el escenario, que era siempre impecable.

-Si queremos seguir manteniendo ese nivel tenemos que darnos prisa, o nos llevaremos hoy un tirón de orejas, y con razón -dije mirando el reloj.

La miré sonriendo por encima de la caja cuando me dirigió esa sonrisa que me quería decir claramente "Siempre te sales con la tuya". Me encogí de hombros sintiéndome algo culpable, pero no dije nada, simplemente suspiré.

La reacción de Bryan sí que no me la esperaba. Vale, era mi mejor amigo, lo conocía de toda la vida y sabía que había cosas que podíamos saltarnos entre nosotros, ya uqe había una gran confianza entre ambos, pero sí que me dolía ver que todo lo diera ya por sentado. Que con una carita podía obtener de mí lo que quisiera, yo sé que él hace muchas cosas por mí, recién me curó el tobillo y me ayudó a desenredarme de la sudadera, pero a veces me gustaría que hiciera algo por mí, que le saliera por cariño y no por necesidad.

- Sí, será mejor que nos vayamos ya - susurré sin muchas ganas, y jamás estaba así antes de ir al teatro.

Noté una desgana en sus palabras y en su mirada impropias de Sylvie. Al menos antes de ir al teatro. Ella siempre iba de buen humor al teatro. Bueno, siempre que no le preocupaba algo. La miré interrogante y suspiré levemente.

Frené el paso y deposité la caja en el suelo, con suavidad -De acuerdo, ¿qué pasa? -pregunté mirando a Sylvie. Había procurado decirlo con la mayor dulzura posible, para no sonar demasiado brusco. Sonreí un poco, para darle confianza. Ella sabía que si le preocupaba algo podía contar conmigo. Si estaba en mis manos trataría de ayudarla. Y si no lo estaba también lo haría, así que...

Sabía que era imposible que Bryan no notara que algo me pasaba. Entonces me preguntaba cómo era que entonces no se diera cuenta de que luego tomaba las cosas por hecho. Quizás tenía tan en mente que yo era su mejor amiga, que ya no había cabida para nada más, y eso dolía mucho y esta vez ya no sabía ni cómo ocultárselo, ni siquiera quería hacerlo, jamás le ocultaba nada.

- Bry, eres mi mejor amigo de toda la vida, confío en ti más que en nadie y nadie me conoce mejor que tú...y a veces siento que das las cosas por sentado...a veces me gustaría que te preocuparas un poco más por nuestra relación, que no asumas que las cosas van a pasar, como los días que aparecías en mi puerta y me llevabas de picnic, no sé, algo así ¿me entiendes? - pregunté con una débil sonrisa