¿Caben poetas en el teatro? (Layla)

Fuí a las terrazas del teatro, como era normal, los actores ensayaban, como me habia pasado la mañana ensayando, mis dedos estaban cansados, bueno, mi mente tambien, todo en general, apoyé mis brazos en la fria pared para recostarlos, mirando el paisaje, no estaba mal Londres, me habia pasado años vagando por las calles, como los vagabundos, luego como menos que un mileurista y ahora poco a poco avanzaba, solo poco a poco.

Mis manos se deslizaban por la madera, entonces me acordé que tenia el boli y una pequeña libreta en el bolsillo, empecé a escribir un poema pero me parecia demasiado vacío, suspiré y luego de terminarlo, hice una bola de papel y lo lancé al vacío, dandole en la cabeza de alguien que pasaba por ahi, me medio escondi para que no viera que habia sido yo, contuve la risa, al ver como levantaba la vista, pero me di cuenta que era el director del teatro, pero no me vió, mejor.

Suspiré aliviado y me senté en el suelo, guardé la libreta y empecé a jugar con el boli, aburrido, guardé el boli y mire a la pared de enfrente esperando que alguien entrara o me iría abajo.

Aquella mañana, en cuanto encontre un hueco libre, me prepare un cafe y subi a fumarme un cigarrillo tranquilamente a la terraza.
De camino a esta, observe como un joven lanzaba una bola de papel que impactaba contra la cabeza del director, aunque este no parecio ver quien fue, yo si.

Subi con seguridad los pocos escalones que quedaban y entre, viendo al chico mirando fijamente hacia la puerta.
Torci el gesto mirandole de arriba a abajo y suspire, dandole despues una larga calada a mi malboro. -Esta mal lanzar bolas de papel a la calle, acaso...¿no te enseñaron que la basura va a la...papelera ?.- Murmure sarcasticamente avanzando hacia la barandilla, donde me apoye.

No volvi la vista hacia el joven, al cual no reconoci por lo que supuse llevaria poco alli o yo no me lo habia cruzado.
Di un sorbo al cafe y ensegida me senti mejor, me mordi el labio mientras esperaba una segura replica por parte del chico de pelo oscuro que tenia al lado.

Estaba tranquilamente allí cuando escuché una voz, era...a ver, un veterano me habia explicado quien era quien, o almenos rasgos más comunes para actuar frente a cierta gente, la chica del cafe...debia recordar, ¿como era? ¿como lo explicó? aa ya, ya recordaba, la histerica fiera del teatro, sonreí al recordarlo y la miré, no tenia aspecto de tigresa, ni de histerica, pero era curioso lo que decían, asi que simplemente enarqué una ceja y negué para mí.

-¿Asi que ya tengo el honor de conocer a la fiera enjaulada del teatro,no?-dije mirandola , con el mismo tono sarcastico y mordaz, ignoré su comentario sobre echar papeles al vacio y no a la papelera, no era un crio a quien sermonear ni nada de eso, creo que hasta alomejor era más mayor que ella, aunque no lo sabia cierto.

-Sinceramente...te imaginaba con una larga melena y hocico-sonreí, creo que estaba siendo un poco cruel, pero estaba cansado y me apetecía divertido, ademas, la gente "fría", me parecia mas calida de lo normal, yo me entendía.

Y...ahi estaba, el tan esperado y, para mi sorpresa , mordaz y elocuente comentario.
Me mordi el labio antes de volverme hacia el y romper a reir con cierta sensualidad mientras le miraba a los ojos con total fijeza, casi sin pestañear.

-Esa soy yo, veo que al parecer, hablan de mi.- Dije tranquilamente, manteniendo las formas ante aquel descarado chico del que no sabia ni siquiera su nombre. -Como dice el dicho, que hablen bien o mal, pero que hablen.- Susurre.

Lo siguiente si que me pillo con la guardia baja, alze la ceja y lo mire suspicaz mientras me llegaba la inspiracion divina. -Siento haberte ...defraudado.- Dije mordaz, dando de nuevo una calada al malboro que ya estaba medio, expulsando luego el aire hacia fuera, sin dejar de mirarle, aunque disimuladamente esta vez.

La vi reir y enarqué una ceja, creo que este teatro tenia algo raro, pero su respuesta me hizo no defraudarme, si esque me debia defraudar, simplemente me encogí de hombros, aunque sin quitar la sonrisa traviesa y de medio lado, me levanté del suelo y me acerqué a la terraza dandole la espalda, con total mala educacion, pero sinceramente, me daba igual, no era mi jefa ni nada, y si era una de esas que lo dicen todo al director, comunmente llamados cotillas, acarreria con las consecuencias, pero no besaba culos a nadie.

-Hombre, pues si te comparan con un animal salvaje , yo me preocuparía-dije sonriendo, dandole la espalda, mirando las casas que se veían

-No me defraudo por gente que no me importa y desconozco-dije seco y con el mismo tono mordaz, pero con cierto toque divertido, no tenia otro trabajo que hacer que defraudarme y decepcionarme por desconocidos, que poco me conocia, rodé los ohos y suspiré

¿Animal salvaje?, guau, en realidad no era algo que me disgustara, preferia que la gente pensara que era una cruela de vil y asi con esa facha, pocos se atreverian a propasarse conmigo, pero ese chico...aprete los dientes hasta que los senti crujir y sonrei friamente, tratando de parecer lo mas entera posible, alejando los insultos de mi madre que se vinieron a mi mente en aquel momento que el me dijo que no le importaba, algo dentro de mi se estremecio.

-Es un...alivio saberlo.- Comente y di un ultimo sorbo al cafe ya helado, depositando luego el recipiente en la papelera, dando ejemplo a ese maleducado.
Suspire, los ojos casi me escozian, debia irme de alli ya, no queria que nadie me viese en aquel estado. Tenia una reputacion que yo misma me habia encargado de hacerme.

Estaba mirando aquello, cuando escuché lo ultimo, creo que debi abstenerme de la ultima frase que dije, entonces me giré y observé como contenia las lagrimas, no es que fuera un experto, pero me habia pasado años conteniendolas y conocia demasiado esa especie de sintomas, deberia bajar las armas unos momentos, solo unos momentos, estar a la defensiva no ayudaba.

-Lo...siento-dije lo mas arrepentido que pude, aunque sin sonreir ni nada, entendia de alguna manera lo que podia sentir, mas o menos, habia leido que mucha gente que se hacia la fria y la dura, en verdad, no era mas que simple fachada que guardaba una dura infancia o adolescencia, quiza habia dicho alguna palabra que le recordaba a aquello, porque su rostro cambió de sarcastico a dolido.

Me acerqué a ella, como para hacer las paces, tendi la mano, pero dudaba que me la estrechara, de hecho esperaba que hasta se largara corriendo, creo que por ello preferia estar solo, habia estado tanto tiempo solo que tendia a meter la pata...bajé la mirada triste por unos momentos.

Justo cuando iba a marcharme se disculpo. Joder, se me habia notado, estaba bajando mi ritmo como actriz por lo visto.
Le mire y trate de mantener un rostro relajado y firme, sin sonrisa ni amago de llanto.
Suspire abatida, sin saber muy bien que decir.

Y entonces, se acerco y me tendio la mano, a lo cual yo extrañamente reaccione entregandole la mia sin mediar palabra, y cuando esto sucedio, algo dentro de mi volvio a sentirse bien, unido, como debia estar.

-No hay...nada de lo que disculparse.-Dije algo insegura, los ojos de aquel desconocido me desarmaban, consegian que la Layla dura , fria y arrogante, fuera un cervatillo asustado y aquella sensacion, no me gusto para nada, aunque diciendo la verdad, tampoco me desagrado.

La miré cuando me estrechó la mano, me sentí relajado y aliviado, almenos no era tan torpe como habia creido, pero ella parecia más recompuesta que yo, simplemente sonreí de lado y aparté la mano con delicadeza sin parecer muy brusco, no me terminó de convencer su respuesta, pero no estaba para hurgar en heridas agenas, tampoco es que me gustase meterme en nada, preferia que todo surgiese, si esque debia surgir.

-Ah...soy Reivan-dije presentandome-el pianista de las obras de teatro-dije para finalizar, ¿si ayudaba o no a esta especie de conversacion? eso intentaba, pero me sentia entre incomodo y agusto, era extraño, volvi a girarme, con la idea de que ella se pusiese a mi lado, lo cierto era que me gustaria conocerla más, me daba curiosidad, mucha curiosidad, aqui todas parecian sacadas de un cuento de hadas, donde todos son felices y contentos...seguramente no era asi, pero me daba la sensacion de que eso que quisieran dar a entender que eran "buenos", no me colaba, todos tenian cierta oscuridad en su interior.

Por ello, ella que parecia ocultar su personalidad, era como uno de esos tesoros con contraseña anterior, joder, ¿como se me ocurria compararla con un tesoro? bueno, metaforicamente si, pero iba más allá, aunque no quería saberlo, serian tonterias mias, seguramente.

-Y tu eres...?-dije mirandola

Se aparto suavemente como sorprendido por aquella actitud mia tan...cercana, cosa de la que no le culpo, incluso yo misma me sorprendi de aquella extraña y rara actitud.
Suspire mirando como se alejaba y entonces se presento. -Bonito nombre.- Comente sincera.

-Layla, la responsable de atrezzo en el teatro.- Murmure, aunque estaba segura de que el ya sabia eso, puesto que nada mas conocernos me dijo que habia oido hablar de mi, claro esta.

-¿No llevas mucho aqui, verdad?.- Le pregunte, colocandome a su lado en la barandilla y sacando mis cigarrillos, ofreciendole uno a Reivan, fumar en compañia era mucho mejor que en soledad y si ya era despues de haber tenido sexo...era lo mas placentero del mundo.
Le mire y sonrei, para que negarlo, era tremendamente atractivo y masculino, y sin ñoñerias, como me gustaban.

-Gracias-dije simplemente

Para mi sorpresa me tendió un cigarrillo, pero pese a que no era un fumador empedernido, tampoco me apetecia ninguno, negué el ofrecimiento, sabia su nombre, pero nada más lo dije para no quedar tan mal, lo de la encargada ciertamente no lo sabia, solo tenia entendido que era algo importante, pero como no preguntaba demasiado, tampoco me explicaban demasiado, como era evidente.

-Llegué hace unos días...creo que tu llevas bastante ¿no? o los cotillas del teatro me han engañado-dije sonriendo encogiendome de hombros

Imaginaba que si en el futuro me ponian algun mote de esos, esperaba que no me compararan con un animal salvaje, no es que me atrajera, aunque con un aguila no me importaria, esa libertad, el depredador del aire, sonreí, no estaria nada mal.

No era muy hablador, entonces al moverme, cayó la libreta abriendose y dejando al descubierto esos poemas que escribia cuando no sabia que hacer, o esas historias con finales dramaticos.

-Mira allí, un obrero (?)-dije señalando algo al azar, para guardarlo

Lo observe y me encogi de hombros cuando nego mi ofrecimiento, tome uno y guarde el paquete, encendiendome despues el cigarrillo con naturalidad, sin dejar de mirarle ni de prestarle atencion en ningun momento, la mirada...uno de mis fuertes, si señor.

-Bueno, si...casi dos años. Eso es, bastante en una compañia de teatro.- Le explique mientras daba una calada, se estaba bastante bien alli arriba, aunque corria una brisa fresca se apetecia, en el interior la calefaccion llegaba a ser realmente axfisiante, por dios.

Estabamos hablando cuando se le cayo una libreta al suelo, la cual se abrio de par en par mostrando unos poemas que por desgracia no alcanze a ver. -¿Un obrero Reivan, en serio?.- Murmure agachandome a recoger la libreta y tendiendola, sin hacer intencion de leer nada. -No me gusta fisgar en cosas ajenas, y menos si a esa persona le molesta.- Comente dulcemente, algo arrogante.

Asentí, yo si llegaba a eso me daría por satisfecho, pero conociendome, creo que el director terminaría echandome a patadas, aunque bueno, alomejor con un poco de suerte podia ahorrar lo suficiente para volver a mi país natal o comprarme una caravana, algo de eso, para recorrer el mundo como un loco, con un teclado, porsupuesto, eso ni se dudaba...y encontrar a mi hermana, para abrazarla fuertemente.

Ella me recogió la libreta y los colores se me subieron rapidamente, desee que un mago a lo Harry Potter me hiciera desaparecer, pero nada ocurrió, luego lo que me dijo para nada me sorprendió, realmente pensaba que diría algo más cortante, creo que hasta me decepcioné un poco por esa falsa dulzura.

-Me molesta-dije guardandola, me sentia estupido, el maldito viento lo hizo caer, aunque antes lo abrí y vi que el poema estaba en buen estado, sonrei aliviado y más relajado y lo guardé.

-No valgo para distraer a la gente-dije mirandola fijamente durante un tiempo indefinido, pero creo que demasiado, así que desvié la mirada de la manera más disimulada que pude.

Y dejo claro que le molestaba, menos mal que no me dio por echar un vistazo que si no...hubiera echado fuego por los ojos. -Mensaje captado, Reivan.- Murmure, dando despues una ultima calada al malboro, que se consumio entre mis carnosos labios.

-Entiendo, bueno...seguro que es una delicia oirte tocar el piano, cada uno nace con un don, el tuyo...no es distraer a la gente, al menos...no por ahora.- Comente tranquila, mientras le miraba a los ojos con atencion.

-¿De donde eres eh?.- Pregunte interesada, queria saber de que ciudad o pais provenia el extraño chico que habia derretido a la dura Kelly, a la cual no era para nada facil amedrentar, asi que eso ya era un logro y bastante bueno, por cierto.

-Puedes dudarlo...llama a mi don, suerte-dije mirandola, no me creia un buen pianista, creo que era mas bien, el hecho de haber tenido bastante suerte, creo que hasta estaba ahi por lastima, el director me habria visto tocar en aquel restaurante y me contrató, si, sería eso, porque ni estaba en orquestas famosas, ni habia sido dirigido por directores famosos, nada, simplemente un pianista de calle.

-Nací entre Noruega y Finlandia, pero tambien he vivido en Francia y Grecia antes de llegar aquí-dije sonriendo, tenia pisada Europa, aunque necesitaba más, pero eso aun me quedaba muy lejos, ahora era esto, ahora era ella...quizas era mi futura musa, no, ¿que decía?

-¿Y tu?-dije para evitar pensar en esas cosas

Sonrei ante su comentario. ¿Suerte?, dudaba que alguien que entrase en la compañia lo hiciese por suerte, sabia lo exigente que eran aqui y sabia de lo muy bueno que habia que ser para consegirlo, asi que de suerte nada, era mas bien...esfuerzo y trabajo.

-Vaya, eres un chico de mundo entonces. Esos paises deben ser hermosos, ¿verdad que si?.- Pregunte entusismada, queriendo oir las aventuras de este por aquellos lugares que yo aun no habia visitado y por los que me gustaria perderme.

-Yo naci...no muy lejos de aqui, en Bristol.- Le comente tranquila, recordar mi pequeño pueblo me hizo sentir nostalgia y anhelo, pero yo sabia porque no podia regresar, jamas...hasta que ella, hasta que ella fuera pasto para gusanos.

-Mis padres eran empresarios y viajabamos mucho-dije simplemente, pero como zanjando el tema, hasta ahi era lo maximo a lo que quería llegar, despues del accidente mi vida cayó en un pozo sin fondo.

-¿En Bristol?...si te digo la verdad, a mi Inglaterra no es un país que me atraiga demasiado, tengo una entremezcla agria y dulce del país...aveces desearía irme-dije sinceramente.

Aun, hoy en dia, recibia palizas de las bandas con quienes más conflictos habia tenido cuando habia vivido como vagabundo...estaba un poco mejor, pero quitando lo de la musica, me sentia como vacio, deberían ser cosas mias alomejor, aunque no estaba tan mal estar acompañado de la fiera, sonrei, lo pensaba con cariño, no me parecia para tanto, hasta me parecia buena persona...almenos de buenas a primeras, creo que le habia quitado el escudo ese...aunque habia sido facil ¿no?

Por la cortante forma de comentarme que sus padres eran empresarios y viajaban demasiado decidi no segir escarbando en aquel pasado que parecia negro, quizas como el mio...quiza peor, ¿quien sabe?. Lo cierto es que imaginaba pocas cosas peores que ser maltratada por tu propia madre y quedar marcada de por vida.

-Entiendo.- Comente unicamente, sin saber mas que decir cuando el prosigio hablando sobre Inglaterra. -Vaya, bueno, este pais no le gusta a mucha gente, sobretodo por el clima, es duro.- Murmure mientras le observaba.

-Pero bueno, es mi pais, asi que supongo que mi opinion sobre el no es objetiva.- Le dije tranquila, mirando el reloj. Aun tenia media hora de descanso antes de volver al trabajo y volver a estresarme como tan solo alli sabia.