Antes de tiempo, para variar [Aleyah]

Había llegado al teatro una media hora antes del ensayo. Era algo que solía hacer, sobre todo para calmarme y empezar a meterme en el personaje. Estaba cómodamente sentado en la última fila del patio de butacas, con los pies sobre el asiento delantero. Delante de mí se erguía majestuosamente el escenario... Ese escenario que por momentos se convertía en mi segunda casa. Cerré los ojos, dejándome invadir por un sentimiento de paz y tranquilidad, y las palabras brotaron solas de mis labios.

-Es la alondra que anuncia el alba; no es el ruiseñor. Mira, amada mía, cómo se van tiñendo las nubes del oriente con los colores de la aurora. Ya se apagan las antorchas de la noche -hice una pequeña pausa dramática, para suspirar suavemente, sin abrir los ojos. Mi voz resonaba en el teatro vacío, invadiendo cada uno de los rincones - Ya se adelanta el día con rápido paso sobre las húmedas cimas de los montes. Tengo que partir. O si no. Aquí me espera la muerte...

Jordan me había pedido que me pase por el teatro. Según me dijo, iban a poner en escena Romeo y Julieta y él estaría en la obra; aunque sabía que mi hermano no tenía el papel principal, el hecho de que lo consideraran para interpretar a un personaje como Mercutio ya era bastante. Yo ya le había dicho que le habían dado ese papel porque el personaje muere pronto y eso no le había hecho mucha gracia, pero era mi hermano y sabía que yo iba a buscar cualquier excusa para molestarlo. Además me dijo que Nathaniel quería el fondo musical en vivo y que estaba seguro que si él me escuchaba tocar el piano y el violín me dejaría encargarme del fondo musical... así que iba a una "audición" por así decirlo.

Estaba caminando por el patio de butacas, cuando escuché unas líneas. El corazón se me aceleró cuando me percaté que se trataba de Bryan, el amigo de mi hermano que últimamente llamaba mi atención más de lo que me gustaría admitir... pero claro, él andaba con esa chica... Sylvie, creo que se llama, la que hace de Julieta y yo no soy quién para andar metiéndome en medio de dos personas que se quieren. - Hola, Romeo - dije mientras me paraba a su lado y lo saludaba con una sonrisa.

Terminé de recitar, y cerré los ojos, repitiendo en mi cabeza la parte que le correspondía a continuación a Julieta. Tenía cabeza para recordar mis frases e incluso algunas que no eran de mi personaje, en especial las de las escenas que más me gustaban. Sonreí levemente, sin abrir los ojos.

-¡Qué me prendan, que me maten! Mandándolo tú, poco imp... -Tan metido estaba en el texto que no escuché los pasos que se aproximaban a mí y tan sólo me percaté cuando oí su "Hola, Romeo". Me sobresalté un poco, y cuando vi quién era me puse algo más nervioso. La hermana de Jordan... Aleyah, si no me equivocaba... Y estaba segurísimo que no me equivocaba, ya que no podía olvidar su nombre.
Bajé las piernas del asiento delantero y me enderecé en mi asiento. Quizá demasiado rápido, ya que al hacerlo me golpeé una rodilla con el respaldo del asiento. Aguanté un quejido de dolor e intenté sonreír. "Bien empezamos" me dije a mí mismo.

-Hola -saludé con una sonrisa, levantándome, aún nervioso -Jordan creo que no ha llegado aún... -murmuré sin saber muy bien qué decir... Era una barbaridad lo poco que me costaba meterme en un personaje y lo mucho que me costaba actuar delante de ella.

Me sentí fatal, lo había cogido desprevenido y lo había asustado con mi saludo, por eso es que se sobresaltó, golpeándose la rodilla con el asiento de adelante. Puse carita de pena al ver que se golpeaba por mi culpa, ya me decía Jordan que no debía asustar tan feo a la gente... ¡pero es que no lo hago intencionalmente!
Iba a preguntarle cómo estaba pero él respondió mi saludo con una sonrisa y un breve "hola" y me dijo que mi hermano aún no había llegado.

Ya, claro... esa era una forma muy amable de decirme de forma indirecta que estaba interrumpiendo, así que me encogí de hombros - lo sé... aún es temprano... pero yo estaba buscando a Nathaniel... Jordan me convenció de hacer una audición - dije divertida y al ver su expresión de asombro, reí - no, nada de actuación, eso no es lo mío... es que dijo que Nathaniel no quería usar cintas para los fondos musicales, sino música instrumental en vivo y pues... heme aquí para intentar ganarme una plaza en la obra aunque sea como encargada del fondo musical - dije en tono alegre y despreocupado. Yo sabía que Nathaniel me daría la plaza, como que me llamaba Aleyah.

Al ver su carita de pena me di cuenta de que ella se había percatado de mi estúpido golpe con el asiento de delante, lo que me hizo sentir un idiota torpe. Suspiré intentando no mirarla directamente a los ojos o moriría de vergüenza.
Asentí pendiente de sus palabras cuando dijo que aún era temprano. Lo que me pilló de sorpresa es que estuviera buscando a Nate. ¿Acaso quería entrar como actriz a la compañía? Ella debió ver mi cara de asombro, ya que se apresuró a aclarar que venía por los arreglos instrumentales para la obra.

-No sabía que tocaras, Jordan no me había dicho nada... -murmuré encogiéndome de hombros. "Claro que no te ha dicho nada, idiota, no habéis hablado de ella" me dije a mí mismo, sintiéndome cada vez más estúpido.
- ¿Y qué instrumento tocas? -pregunté intentando parecer lo más natural posible. La verdad es que ya había oído a Nate alguna vez decir que necesitábamos música en directo, y que eso hacía más grande las representaciones, y nos daría puntos ante la crítica. Bueno, a no ser que la escribiera Stella, claro...

Me encogí de hombros cuando dijo que Jordan no le había comentado nada. Jordan no suele hablar de mí con la gente, además no tiene mucha importancia lo que haga o no... de cualquier forma ellos son actores y no tendría por qué importarles la música y esas cosas - Jordan no suele hablar mucho de mí - dije como disculpando a mi hermano - Soy Estudiante del Royal College of Music... y... hace un par de semanas rechacé una invitación para pertenecer a la Orquesta Sinfónica de Londres... - dije mientras me sonrojaba. Sí, era buena y por alguna razón tenía que decírselo a él... sólo para que no me viera como la hermanita de Jordan y supiera que también puedo hacer las cosas bien y por mi propia cuenta... siempre piensan que consigo lo que tengo por las influencias de mi hermano o de mi padre y eso me molesta.

- Toco el violín, la guitarra y el piano - dije con una sonrisa cuando me preguntó qué tocaba - y este año voy a empezar con la flauta traversa - dije con alegría. La música era mi pasión y si yo pudiera tocar todos los instrumentos que existen sería francamente feliz. - Va a sonar muy presuntuoso, pero estoy segura de que Nathaniel me aceptará en la compañía - una sonrisa se dibujó en mi rostro. Así podría pasar más tiempo con Jordan... aunque papá ya me había dicho que estaba muy decepcionado de mí y todo eso, yo quería vivir por mi cuenta, tomar mis propias decisiones, equivocarme y aprender de mis errores.

Me quedé mirándola por un momento sin decir nada cuando mencionó que Jordan no hablaba mucho de ella. "Una lástima" pensé para mis adentros, desviando la mirada hacia la punta de mis zapatos, sin querer. Volví a mirarla cuando dijo que había rechazado una invitación de la Orquesta Sinfónica de Londres. Solté un silbidito de admiración.
-Vaya, sí que tienes que ser buena... -murmuré sonriendo nerviosamente. Cuando enumeró los instrumentos que tocaba sonreí un poco más. Desde ese mismo momento no descansaría hasta oírla tocar. Me encogí de hombros cuando dijo que estaba segura de que Nate la aceptaría en la compañía.
-Pues seguramente, por aquí necesitamos personas como tú... -murmuré y sin querer mi mirada se cruzó con la suya- con talento y eso, digo -añadí desviando la mirada algo incómodo.
"¿Qué te pasa idiota?" me pregunté, enfadado conmigo mismo -Disculpa si estoy algo... -intenté buscar la palabra exacta, pero no la encontré-pero es que me he levantado temprano hoy... -me excusé tontamente. "Cállate ya, Bryan"

Él se notaba algo incómodo hablando conmigo y yo no iba a seguir interrumpiéndolo... seguro andaba repasando sus líneas cuando lo interrumpí y simplemente era amable conmigo porque era amigo de mi hermano. Sí, eso era lo más probable... así que... ¡bueno! no iba a seguir interrumpiéndolo
- Modestia aparte, sí... soy muy buena... la música es mi vida, no puedo no ser buena con algo que me apasiona - dije con toda la convicción del mundo - supongo que me entiendes... digo, por tu pasión por el teatro y la actuación - le dije mientras me sentía algo tonta... claro que me entendía, todos los artistas nos entendemos de una u otra forma.

Reí cuando dijo que necesitaban a gente como yo en la compañía... con talento y eso. Bryan era tan divertido... por algo me caía tan bien. Pero bueno, sólo aspiraba a una buena amistad con él, aunque me llamaba mucho la atención. Oí que se disculpó y negué con la cabeza - no te preocupes, ya sé cómo es eso... tu cabeza anda en Júpiter por la falta de sueño... te entiendo - dije mientras desviaba la mirada y no sabía qué más decir - Bueno, lamento haber interrumpido tu repaso... te ayudaría a repasar, pero odio Romeo y Julieta - dije encogiéndome de hombros.

Asentí cuando ella habló de la música como una pasión. Lo mismo sentía yo por el teatro, por lo que no pude evitar una sonrisa risueña ante lo que ella decía.
-Sí, te entiendo perfectamente -afirmé sonriendo con complicidad- Supongo que siempre intentamos ser los mejores en lo que más nos gusta... Supongo que para ti coger un instrumento es tan mágico como para mí lo es subirme a ese escenario -señalé hacia delante, hacia el escenario, que se alzaba grandioso ante nosotros.

Reí cuando dijo que mi cabeza andaba en Júpiter -Creo que Júpiter es demasiado cerca, yo creo que se ha salido de la galaxia -reí suavemente, meneando la cabeza con resignación. Sonreí un poquito más cuando dijo que me ayudaría a repasar pero que odiaba a Romeo y Julieta -Ya somos dos... -murmuré desviando la mirada sonriendo nerviosamente- Bueno, yo no los odio, sólo que prefiero otros personajes. Romeo y Julieta son demasiado... idílicos -sonreí volviéndola a mirar. -¿Quién es este que vocea su dolor con tanto ímpetu y hechiza a los planetas con su angustia, dejándolos suspensos como a oyentes asombrados?... Aquí está Hamlet de Dinamarca -terminé recitando, con los ojos cerrados. Los abrí y la miré sonriendo y encogiéndome de hombros.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro cuando dijo que ambos sentíamos la misma magia al hacer algo que nos apasionaba... yo, con mis instrumentos y él con el escenario. No pude hacer menos que asentir, él definitivamente entendía lo que era amar lo que hacías y se notaba que él amaba el teatro - somos pocos los que hablamos con tanta pasión sobre lo que nos gusta - dije mientras miraba el escenario.

Cuando dijo que prefería otros personajes yo asentí - Romeo y Julieta son un par de niños inmaduros y tontos que hacen drama... yo odio a Julieta... si yo hubiera sido ella me hubiera fugado con Romeo - dije riendo - pero claro, yo también vivo un poco en mi mundo de color - dije riendo, aunque sentía que las mejillas me ardían. Cuando dijo las líneas de Hamlet, los ojos se me iluminaron - ¡Adoro a Hamlet! ¡me encanta! - dije con ilusión - ojalá algún día pueda verte interpretándolo - dije sin borrar la sonrisa de mi rostro.
- personalmente, la frase de Shakespeare que más me gusta es "Un rostro falso debe ocultar lo que sabe un falso corazón" - dije, segura de que reconocería de dónde era la frase.

Asentí con la mirada perdida en el escenario cuando ella dijo que éramos pocos los que hablábamos con tanta pasión de lo que nos gustaba - De hecho hasta ahora sólo había oído a Sylvie hablar así de su trabajo... -murmuré pensativo. Ella sentía el teatro tan profundamente como yo, y quizá por eso nos entendíamos tan bien sobre un escenario- Bueno, y a Nate, pero él no cuenta... Ya comprobarás que es una persona única, y te cambia completamente trabajar para él -sonreí mirándola. Aunque fuera exigente y puntilloso yo no podía pensar en nadie mejor que él para dirigir la compañía de teatro.

-Romeo y Julieta tan sólo buscan en el amor una manera de rebelarse, de vivir de otra forma... -murmuré pensativo- Es una opinión muy personal, pero creo que si no fuera un amor prohibido, ninguno de los dos habría hecho ni la mitad de sacrificios. -ya estaba divagando de nuevo, y eso que sólo me lo permitía cuando estaba completamente solo. Reí ligeramente cuando dijo que adoraba a Hamlet -No deja indiferente a nadie, o lo amas o lo odias... -En mi caso lo adoraba e interpretarlo era meterme en un mundo aparte.
Asentí ante la frase que citó -Macbeth... -murmuré sonriendo.

Sylvie... por un momento me había olvidado de que ella existía. Y claro, yo había pensado que nunca encontraría a alguien que se apasionara por el arte tanto como yo y que él era el primer muchacho que finalmente entendía todo mi amor por la música y... bueno, no tenía sentido seguir pensando en aquello. Él tenía novia y yo mejor me iba antes de empezar a divagar como tonta.
No escuché mucho lo que me decía sobre Nate y solo asentí distraídamente cuando habló de Romeo y Julieta. Posiblemente tuviera razón y simplemente el hecho de que estuviera "prohibido" los hubiera animado a hacer las cosas... pero a mí esas cosas prohibidas simplemente hacen que me aleje aterrada.
- es cierto... lo aman, lo odian, pero nadie puede evitar hablar de Hamlet - dije con una sonrisa sincera.
- Exacto, Macbeth - dije sonriendo - ¿sabes? es difícil hablar con un actor... ¿cómo sabes que no actúa cuando está fuera de escenario? muchos terminan de actuar en el escenario, otros pueden actuar toda su vida... y hay quienes actúan en su vida diaria y son ellos mismos en el escenario... es complicado... nosotros los músicos somos más simples y fáciles de entender - ¿por qué había dicho eso? no tenía idea, pero yo solita me estaba metiendo en la boca del lobo. Lo mejor sería despedirme e irme a buscar a Nate. Bueno, no sería lo mejor, pero sí lo más sensato.

Mi pequeña reflexión sobre Romeo y Julieta parecían haberla dejado pensativa. O quizá aburrida... Mi pasión por el teatro podía hacer que resultara pesado a las personas que no compartían esa pasión. Sólo esperaba no aburrirla tanto como para espantarla. Me encogí de hombros con una sonrisa cuando dijo que nadie podía evitar hablar de Hamlet.

-Es simplemente genial -murmuré suspirando- E interpretarlo es un verdadero lujo, aunque siempre tienes el miedo de no estar a la altura del personaje -reconocí sonriendo. Con Hamlet me pasaba eso, el personaje me superaba de tal manera que incluso adorándolo había llegado a agobiarme, en especial la primera vez que lo interpreté.

Escuché su reflexión sobre los actores y asentí sonriendo, siguiendo palabra por palabra su discurso -En ocasiones un personaje te toca tanto que puedes llegar incluso a adoptar ciertos aspectos de su personalidad sin darte cuenta... -murmuré desviando la mirada- Aunque suene tonto, siempre he pensado que la personalidad de alguien la descubres cuando ves actuar a ese alguien...
Solté una pequeña risita cuando dijo que los músicos son más simples y fáciles de entender -Bueno, no siempre... -musité pensativo- Apuesto a que hay personas realmente ruines que con un instrumento en sus manos son capaces de hacer maravillas... -dije mirándola de hito en hito- Y al escucharlas nunca pensarías que ese delicioso sonido pueda provenir de una mala persona -sonreí bajando la mirada- Por eso creo que los músicos también tienen su particular forma de actuar -murmuré finalmente. ¿Por qué estaba diciendo todo eso? Mejor me callaba de una vez... Además seguro que la estaba molestando con mi palabrería.

Escuché cuando hablaba de Hamlet y decía que Hamlet era genial. Yo no podía estar más de acuerdo con él, aunque claro él empezó a decir que a veces uno tenía miedo de no estar a la altura del personaje y yo sólo asentí. Si tan solo él supiera que lo comprendía total y plenamente... me pasaba igual cuando quería interpretar algunas melodías... habían piezas que eran simplemente arte puro y que no me sentía capaz de poder expresar con una sola nota todo lo que el compositor pensaba... una cosa es tocar una nota y otra muy diferente es tocarla transmitiendo un sentimiento... estaba segura de que lo mismo le pasaba a él con las interpretaciones.

Cuando dijo que a veces un personaje te tocaba tanto que podías adoptar cosas de su personalidad asentí - te va a sonar tonto, pero pasa lo mismo con la música... hay piezas que te obligan a entenderlas antes de poder interpretarlas correctamente, es como si hubiera un misterio en cada nota y una vez que lo descubres, simplemente ya no eres la misma persona - era increíble cómo podía abrirme con Bryan casi con la misma naturalidad con la que me abría con mi hermano; posiblemente esa haya sido la razón por la que él y Jordan son amigos. - Afortunadamente no podrás saber mi personalidad porque jamás me verás actuar... soy muy mala para eso... yo simplemente soy yo y no sé cómo ser otra persona... lo cual es bueno... supongo - dije, medio en serio, medio en broma. - Y espero que tú no estés actuando conmigo - "Si serás idiota, Aleyah Battenberg" me regañó mi mente... ¿a qué diablos vino eso?

Decidí no pensar en la burrada que acababa de decir y presté atención a lo que decía sobre los músicos y sonreí - te equivocas... hay una gran diferencia... así como es diferente que pretendas ser Romeo sobre un escenario a que efectivamente te conviertas en Romeo mientras estás en el escenario... no es lo mismo simplemente seguir una partitura que sentirla... los verdaderos actores se convierten en el personaje que interpretan en el escenario... los verdaderos músicos sentimos la melodía y transmitimos ese sentimiento - de acuerdo, me estaba emocionando demasiado... pero pocas veces uno podía tener estas conversaciones con gente que también hacía lo que le apasionaba. - Puede que una mala persona sea músico, sí... y el sonido puede ser maravilloso... pero será un sonido vacío, sin alma... ahí está la diferencia; es como el que pretende ser un personaje sobre un escenario... lucirá como él, pero no será el personaje que interpreta - sonaba todo enredado, pero para mí tenía toda la lógica del mundo. Estuve a punto de sentarme en una de las bancas, pero me contuve... no podía darme el lujo de seguir hablando con él, ya que mientras más lo hacía, más me daba cuenta de lo afines que podíamos llegar a ser y eso no era saludable.

Sonreí cuando habló sobre la forma en que la música también afectaba a la personalidad. Nunca lo había pensado de esa forma, pero claro, yo no había ido más allá de tocar algunas notas al piano. Por una parte envidiaba sanamente el talento de los músicos, ya que me parecía algo mucho más complejo que actuar. Tal vez fuera porque la actuación la llevaba en la sangre, pero no me resultaba para nada difícil subirme a un escenario e interpretar un personaje.
-Tiene que ser maravilloso poder expresar sentimientos a partir de la música, sin un guión delante, simplemente creando -sonreí levemente- A mí me parece tan complicado... Apenas me pongo delante de un piano y me entra mucho más miedo que ponerme delante de cientos de personas -reflexioné casi para mí mismo.

Suspiré cuando dijo que esperaba que no estuviera actuando con ella... ¿Por uqé me preguntaba eso? Me puse algo nervioso, sin quererlo, a pesar de que en ningún momento estaba actuando. De hecho si actuara no me pondría tan nervioso -¿Sabes cuál es el personaje que más me cuesta interpretar? -pregunté con una sonrisa cómplice -Bryan Joyce... -respondí antes de que ella pudiera decir nada. Era muy fácil meterse en la piel de otro personaje, lo realmente difícil era ser yo mismo, sin ningún tipo de nervios ni vacilaciones- Ese tipo es realmente difícil de interpretar -murmuré desviando la mirada con una sonrisa risueña.

Cuando habló de que la música, al igual que la actuación, había que sentirla para que transmitiera sentimientos y no fuera vacía, asentí mordiéndome el labio inferior -Supongo que tienes razón, al fin y al cabo el arte bien expresado es lo que nos muestra el alma de las personas -murmuré mirándola - Quizá no tengo el oído lo suficientemente educado como para captar mucho más allá de una melodía bonita y conmovedora. En ese sentido soy bastante fácil de engañar... -reí levemente.

Pero no quiero retenerte mucho más, seguro que estás ansiosa por demostrarle a Nate lo que vales... -dije con algo de pesar. No quería que se fuera, pero tampoco quería retenerla en contra de su voluntad con tanta palabrería- Teniendo en cuenta lo que transmites sobre la música con tus palabras, apuesto que escucharte tocar debe ser extraordinario -murmuré perdiendo mi mirada en un punto fijo del escenario.

Me pareció tierno que un piano le diera más miedo que miles de personas mirándolo... a mí me pasaba lo opuesto, cuando tenía que tocar, simplemente me concentraba en el instrumento que tenía delante de mí y sólo éramos la música y yo... eso me ayudaba a superar el el miedo que me daba estar ante tantas personas. - Podemos hacer algo interesante... yo te doy clases de piano y tú me das clases de actuación... sería un buen intercambio - le dije con una sonrisa y sin pensar en mis palabras hasta que ya las había dicho. No me molestaba en absoluto pasar tiempo con Bryan, pero es que cada vez que estaba con él... Argh...

Afortunadamente empezó a decir que el personaje que más le gustaba interpretar era él mismo y sonreí - pues a decir verdad, me parece que lo interpretas bastante bien... aunque supongo que debe ser difícil... ser tantas personas y al final no saber en realidad cuál eres tú porque ya tienes características de cada personaje que has interpretado - le dije mientras inconscientemente tomaba su mano - lo único que me consuela es que si hubiera un Oscar por mejor intérprete de Aleyah Battenberg, me lo llevaría yo - reí y me di cuenta de que aún sostenía su mano y tuve que soltarla... ¡Qué vergüenza!

Dijo que era fácil de engañar con la música y yo sonreí - es fácil darse cuenta de la diferencia y verás que cuando te enseñe serás todo un experto - me sentí tonta al dar por sentado que él dejaría que yo le enseñara... con el poco tiempo que tenía libre en el teatro posiblemente quisiera descansar o pasarlo con Sylvie... no, él no tendría tiempo libre para mí, así que mejor me vaya olvidando de esas cosas. Dijo que no quería retenerme más y fue como si la pequeña burbuja en la que me había metido temporalmente se hubiera reventado. Sonreí con amargura y asentí - Espero que a Nate le guste... la verdad es que... quiero quedarme aquí - murmuré en voz baja - por Jordan, tú sabes... somos de los pocos hermanos que nos adoramos - aclaré innecesariamente. ¿Puedo ser acaso más obvia? lo único que conseguiré será espantarlo al punto de que él no me deje ni siquiera ser su amiga.

- No me molesta que vengas y escuches... me vendría bien una segunda opinión y que intercedas por mí ante Nate - dije divertida - además me pierdo en el teatro... el otro día terminé en la oficina de Layla y casi me mata - eso era cierto, sólo que después de que Layla me gritara yo ya tenía más cuidado al momento de husmear por ahí. Sabía que no me iba a perder, pero quería su compañía... al menos un ratito más.

Aunque por dentro estaba que me moría de los nervios, también tenía que reconocer que me encontraba bastante cómodo con su presencia allí. De hecho yo no solía ser tan hablador con las personas a las que no conocía demasiado. Sí era alegre y agradable, pero no solía hablar con tanta franqueza y profundidad. La miré algo extrañado ante su propuesta, dado que no esperaba que dijera algo así. Sin embargo sonreí y asentí -Me parece una buena idea, pero tendrás que tener paciencia, soy un alumno pésimo -dije encogiéndome de hombros- Seguro que después de la primera clase ya no querrás saber nada más de mí -reí levemente. Francamente, esperaba que no fuera así...

Tragué saliva, sintiendo que el corazón se me aceleraba cuando tomó mi mano. El cálido contacto con la suya hacía que me pusiera totalmente nervioso. Esperaba no empezar a bizquear, como me pasaba a veces cuando estaba atacado de los nervios -Ehm... supongo que no es sólo que tenga muchos personajes en la cabeza... -dije algo entrecortado, intentando controlar mis pulsaciones, sin éxito alguno- es simplemente que el carácter y los sentimientos de los mismos ya están plasmados sobre un papel, y tan sólo tengo que empatizar con ellos y quizá añadirles algo de mí mismo... -murmuré, quizá enredándome demasiado en mis propias palabras- En cambio nadie ha escrito nunca nada sobre cómo debe comportarse Bryan Joyce ante según qué situaciones...- Y esta era una de esas situaciones. Noté que soltaba mi mano, y mis pulsaciones, lejos de calmarse, se aceleraron algo más.

Aleyah dijo que en cuanto me enseñara sabría apreciar la diferencia -No lo creo, hay que nacer con talento,y yo creo que no lo tengo, al menos para la música -dije tras intentar organizar mis ideas- Pero de todas formas lo intentaré -rematé con una sonrisa distraída. Dijo que quería quedarse, y sonreí como tonto. Claro, pero era por Jordan... Debían adorarse mutuamente... -Está bien que dos hermanos mantengan una buena relación... -dije pensativo- La mía con mi hermano es bastante mejorable -sonreí con algo de tristeza- No es que nos llevemos mal, porque realmente nos tenemos mucho aprecio... Es sólo disparidad de opiniones -murmuré desviando la mirada- Pero bueno, tengo también a Sylvie, y eso lo compensa -sonreí volviendo a mirarla. No éramos hermanos de sangre, pero para mí es como si lo fuéramos.

Asentí animado cuando dijo que podía acompañarla -Me encantaría, supongo que a estas alturas Nate me estará buscando también a mí. -Reí levemente cuando dijo que por error se había colado en la oficina de Layla. Aunque me parecía una persona encantadora, Layla a veces tenía arrebatos- Deberás aprender a domar fieras salvajes si quieres trabajar aquí -reí divertido- Aunque en realidad ladra más que muerde... -dije encogiéndome de hombros y levantándome para ir a buscar a Nate con Aleyah.

Por alguna extraña razón ésta había sido la conversación más larga que había mantenido con él y me encantaba. Adoraba que él sintiera en el escenario, lo mismo que yo siento cuando toco algún instrumento ya que eso hablaba bastante bien de él. Mamá siempre me decía que la gente buena hace las cosas con amor y por eso siempre había hecho buenas migas con las personas que, como yo, vivían por y para lo que hacían. - no, no, querido... el que va a necesitar la paciencia de un Santo, serás tú... seré la peor Julieta, Viola, Lady Macbeth o lo que sea del mundo... - dije riendo... y me di cuenta de cómo lo había llamado - ah, lo siento es que así soy con mis amigos, bueno, ya sabes... no quiero que pienses que me tomo muchas confianzas y eso... - "Calladita estás más bonita, Aleyah" me dijo mi mente y yo solamente pude darle la razón.

Solamente asentí cuando dijo que nadie había escrito cómo es que Bryan Joyce debía comportarse en alguna situación... eso sería bastante útil para mí en ese momento - eso facilitaría las cosas... digo, tener tu vida en un libreto... pero también perdería parte de su encanto, porque sabrías qué es lo que va a pasar y la verdad prefiero las sorpresas - Sí, prefería las sorpresas, pero algunas eran bastante desagradables... enterarme de la muerte de mi madre, por ejemplo... o cuando papá echó de la casa a Jordan... o encontrar a una persona que me interesaba románticamente, pero que ya tenía novia... Debería escribir un libro que se llame "La vida exagerada de Aleyah Battenberg" o algo así, seguro que vendo millones.

- Oh vamos... la música es algo que vive dentro del ser humano, es sólo cuestión de concentrarse y dejar que fluya... la actuación es un talento que no todos tienen... yo, por ejemplo - dije divertida mientras rodaba los ojos. ¿De cuándo a acá tenía yo esas confianzas con Bryan? no tenía idea, pero estaba segura de que al menos, muy buenos amigos sí podríamos llegar a ser. Empezó a hablar de su hermano y me dio mucha pena que su relación no fuera tan buena como mi relación con Jordan... y la mencionó... a ella. A Sylvie.

Le dediqué una sonrisa amarga, muy a mi pesar, aunque podría suponer que me había parecido triste que la relación con su hermano no fuera tan bien y si preguntaba algo, eso era lo que le diría - ya... pero el amor de un hermano no es el mismo que te da tu novia... son cosas diferentes - dije tratando de parecer despreocupada, aunque no estaba segura si lo había logrado o no... a fin de cuentas el actor es él.

Contuve un suspiro en lo que él se decidía a acompañarme. Dijo que seguro Nate también lo estaría buscando y tenía razón; seguramente querría saber en qué andaba su actor estrella. Aunque después de que hablamos de Sylvie ya no me apetecía estar hablando con él. Me pasaba que cuando Sylvie mencionaba a Bryan o él la mencionaba a ella, de pronto me sentía un estorbo y simplemente quería irme a algún lugar solitario a escribir alguna canción o a tocar mi guitarra o mi violín. Pero si quería quedarme en el teatro con Jordan, tendría que dejar mis ataques de infantilismo y encarar los hechos. Empezó a hablar de Layla y yo asentí sin darle mucha importancia... Layla no le diría nada porque él era el actor principal, al igual que no le diría nada a Sylvie (bueno, aunque meparecía que odiaba a Syl también) - pues será mejor que no me ladre mucho, que cuando me enojo me convierto en Chuck Norris - tenía que decir algo gracioso para cambiar de tema y ya no seguir hablando del teatro y la gente que estaba ahí.

Un escalofrío me recorrió de punta a punta cuando oí la palabra "querido" en sus labios. Me mordí el labio inferior, sin mirarla directamente a los ojos, pues si lo hacía probablemente moriría del sonrojo... Lo que dijo a continuación casi pasó desapercibido, sólo capté algunas palabras sueltas y las fui hilando rápidamente, tratando de intuir qué había dicho -Bueno, Julieta no es un personaje excesivamente complicado, podemos empezar por ella -sonreí encogiéndome de hombros, aunque reparé en lo que había dicho y aparté la mirada. ¿Por qué me traicionaba el subconsciente de esa manera? Como si se tratara del estúpido de Romeo, yo sólo era capaz de verla como mi Julieta, un amor imposible. Ahora apreciaba más que nunca el valor de Romeo. Valor que me faltaba a mí en esos momentos -No pasa nada Aleyah -murmuré cuando se excusó por haberme llamado querido. "Eres un mentiroso, sí que pasa" me reproché a mí mismo.

Sonreí intentando tranquilizarme por enésima vez en media hora cuando dijo que tener tu vida en un libreto perdería su encanto. En eso tenía que darle la razón -Ya... Tan sólo me conformaría con ir un par de líneas por delante, saber qué hacer a cada momento sin el temor a equivocarme -reflexioné suspirando- Aunque como mejor se aprende es fallando y equivocándose, así que no sé hasta que punto me convendría -dije seriamente, pero no pude evitar echarme a reír. Me estaba enrollando como nunca, como si me hubieran dado cuerda esa misma mañana- Vale, olvida todo lo que te he dicho, tan sólo divagaba en voz alto -pedí sonriendo.

-No te creas -dije mirándola cuando la oí hablar de la música- Hoy en día hasta el menos talentoso es capaz de actuar, o al menos intentarlo -dije encogiéndome de hombros- Quizá no tanto en el teatro, pero tan sólo mira la cantidad de gente en el cine o en la televisión que nunca hubiera imaginado estar ahí... -añadí esbozando una sonrisa- Claro que todo es cuestión de perspectiva, siempre veremos más difícil aquello para lo que no estamos preparados.

Me pareció que su expresión cambiaba cuando le mencioné a Sylvie... Quizá no le caía muy bien, cosa que ciertamente no entendía, ya que Sylvie era un amor de persona cuando la conocías bien. Cuando habló la miré interrogante. ¿Mi novia? Vaya, todo el mundo parecía creerse eso. ¿Tan difícil era pensar que un chico y una chica podían vivir juntos y estar muy unidos sin necesidad de tener una relación? -Ya, claro... -dije rodando los ojos divertido- Sylvie es mi novia, y en un mes nos vamos a casar -dije con marcado sarcasmo, sonriendo al tiempo que recordaba los estúpidos rumores que se difundían por todos lados sobre nosotros dos.

Sin darle mucha más importancia a ese tema esperé a su lado que ella se pusiera en marcha. Tenía el pálpito de que Nate no iba a dudar en contratarla, lo que haría que pudiera verla mucho más a menudo... Aunque no sabía si eso era bueno o malo. Vale que me gustaba mucho estar con ella, pero veía un cierto punto masoquista en eso, pues sabía que por mucho que la viera no era capaz de contarle lo que sentía por ella. No sabía si a Jordan le haría mucha gracia, pero estaba seguro de que al resto de su familia no... Aunque estábamos en el siglo XXI, todavía existían ciertos prejuicios clasistas, y aunque probablemente Aleyah no los tenía, dado que entonces no estaría hablando conmigo ahora, no podía contar con que todos los suyos fueran iguales.
Reí cuando dijo que se convertía en Chuck Norris cuando se enojaba, intentando apartar mis anteriores pensamientos de mi mente -Vaya, espero no ver nunca eso - apunté mirándola directamente a los ojos, yo creo que por primera vez en toda la mañana -¿Vamos? -pedí desviando la mirada antes de quedarme hipnotizado.

Tuve que hacer acopio de todo mi autocontrol para no sonreír como estúpida cuando dijo que podíamos empezar por Julieta. Odiaba a Julieta desde lo más profundo de mi ser, pero en este preciso instante amaba a Julieta y quería ser como ella... era toda una Julieta Wannabe ¡qué asco! - Bueno trataré de hacerlo lo mejor que puedo, ya te dije que la odio, pero si es fácil de interpretar lo intentaré - dije avergonzada. Acababa de decirle que odiaba a Romeo y Julieta y me decía que podíamos empezar con ellos, tal vez para ver mi reacción. Bueno, yo no le iba a hacer ascos a ensayar con él aunque sea un ratito, tenga que interpretar a Julieta o a la Bruja de Macbeth. Sonreí cuando dijo que no pasaba nada, bueno, al menos no se había dado cuenta de mi metida de pata.

Escuché su divagación con atención... la verdad es que tener alguna guía sería de utilidad... si tan sólo alguien me dijera "Aleyah haz esto o te arrepentirás" sin dudar lo haría... en estos momentos necesitaba que alguien me dijera qué hacer porque me moría de miedo. No quería dejar la compañía y tampoco quería problemas con Bryan y Sylvie. ¡Ay, en qué líos me meto! No escuché la última parte de su divagación, pero por suerte me dijo que lo olvidara y reí un poco más relajada - sí, de acuerdo... olvidado... he hecho, me pusiste a divagar sobre lo mismo a mí también - confesé. No podía creer el grado de afinidad que a veces alcanzábamos él y yo, como si pensáramos lo mismo. No me había pasado con nadie y suponía que tal vez eso hacía que empezara a confundirme un poco.

Conversamos un rato más y era gracioso que él, de forma indirecta, me animaba y me decía que lo haría bien intentando actuar; y yo, por mi parte, diciéndole lo mismo respecto de la música. Eso había hecho que dejara de estresarme un poco, pero cuando dijo que eran novios y que se casaban en un mes sentí que se me encogía el corazón. No sé cómo diablos hice para permanecer como si nada pasaba. De acuerdo, lo había dicho con sarcasmo, pero ¿qué quería decir? ¿que no eran novios? ¿que no se iban a casar? ¿las dos cosas? Asumí que lo decía por ambas cosas y eso, más que aliviarme, me estresaba... ¿y si lo entendía mal? bueno, tentaría a la suerte y él me sacaría de mi error - Vaya... yo pensé que sí... digo, soy nueva aquí y como todos me decían que ya acabarían casados y llenos de hijos... - no terminé la frase. Dejaría que él me aclarara todo; aunque en el fondo le rogaba a todos los santos que me dieran aunque sea una pequeña chispa de esperanza... pero al mismo tiempo sentía que pedía demasiado.

- Yo tampoco espero que lo veas... no me volverías a hablar del miedo que te daría - "y del asco también" pensé para mí misma. A veces era tan asquerosamente elitista y en eso mi padre tenía toda la culpa. Afortunadamente Jordan me llevaba por el buen camino, pero a veces no podía evitar ser tan clasista y snob. - Y yo quiero mis clases de teatro ¿eh? ya no vale echarse para atrás - lo amenacé con una sonrisa dulce.

Bueno, no podíamos quedarnos como tontos todo el día ahí mirándonos las caras así que lo mejor era ir a buscar a Nate. Asentí cuando me preguntó si íbamos y empecé a caminar en silencio junto a él, pensando en todo y en nada... esperando que los nervios no me traicionaran y que Nate de verdad me dejara entrar a la compañía.

Definitivamente era un idiota de campeonato. Ella había dicho que odiaba a Julieta y lo primero que se me ocurría era empezar por ella. Era para darme de puñetazos... Por fortuna ella no se lo tomó mal o al menos no del todo -Bueno, si no te termina de gustar podemos pasar directamente a Hermia... -murmuré mirándola con una sonrisa- Es más compleja que Julieta, pero no tanto como Ophelia o Desdémona... -dije encogiéndome de hombros. Pensándolo mejor, sería una lástima que dejáramos a un lado a Romeo y Julieta... Ahora mismo me sentía identificado con él, como si el personaje me hubiera invadido completamente. Sólo que era un Romeo cobarde. Aunque ser Lisandro tampoco estaba nada mal, desde luego.

Sonreí quizá un poco cohibido cuando dijo que yo también la había hecho divagar. Bah, seguro que ya la estaba aburriendo y había empezado a pensar en sus cosas. Si es que no sabía que me estaba pasando, por lo general nunca daba tanta conversación. Pero con ella era sumamente sencillo. Permanecí un momento en silencio, organizando mis pensamientos para no meter la pata por milésima vez. Apuesto a que cualquiera que me viera me golpearía por tonto. No pude evitar sonreír pensando en qué diría Hamlet de mí en una situación como esa... Era fácil ser él, siempre tenía un comentario para cada momento. Pero ahora era Bryan Joyce, el mayor reto de mi vida...

Me quedé mirándola sin saber qué decir ante su comentario acerca de los rumores sobre Sylvie y yo. Solté una pequeña risita y negué con la cabeza resignado cuando dijo que todos le decían que acabarían casados y llenos de hijos. No sabía que decir, así que me encogí de hombros -Se dicen tantas cosas, que uno nunca sabe cuál creerse y cuál no- fue lo único que se me ocurrió decir. Pero bueno, yo creo que lo había dejado todo claro antes con mi comentario sarcástico, ¿no? "Qué forma de complicarte la vida Bryan" me dije, quedándome un momento como ausente.

-No creo que pudieras espantarme, créeme que no me asusto con facilidad -reí suavemente, imaginando cómo sería ver a Aleyah enfadada y de malos modos. Ciertamente no podía imaginarlo. Se la veía tan dulce y frágil que era incapaz de pensar cómo podría convertirse en un ogro -Tranquila, no me voy a echar atrás -dije sonriendo- Yo cumplo los tratos, aunque me cueste hacerlo, y no veo por qué tendría que costarme este -añadí -Además, también quiero mis clases de piano -terminé, mirándola largamente, sin saber qué más podía decir.

Empezamos a caminar, hacia el escenario. Nate probablemente andaría entre bambalinas, y si no, en los camerinos y corredores de detrás del escenario. Intentaba no caminar demasiado lento, pero tampoco ligero, para pasar algo más de tiempo con ella. Definitivamente tenía un gusto extraño por hacerme daño a mí mismo. "Eres masoquista, déjate de eufemismos" me regañé a mí mismo.

Empezó a mencionarme otros personajes con los que podíamos empezar y yo negué con la cabeza - no, creo que Julieta está bien... es una niña de no más de 15 años, así que creo que será fácil meterme en su cabeza ya que mucha diferencia de edad no le llevo - dije avergonzada. La verdad es que no me importaba hacer de Julieta mientras él fuera mi Romeo... pero ¿qué demonios estoy pensando? "ya, ya Aleyah quítate esas ideas de la cabeza" me regañó mi mente y tuve que hacerle caso muy a mi pesar. A veces no podía evitar ser demasiado cursi y pensar estupideces. Yo decía que odiaba a Julieta y en el fondo soy igual de boba e inmadura que ella... ¡qué gran consuelo!

Nos quedamos en silencio un tiempo luego de las divagaciones. No se me hizo un silencio incómodo, pero sí me dio tiempo para pensar en algunas cosas... principalmente en lo buenos amigos que podríamos llegar a ser si es que me quedaba en la compañía... además él era amigo de mi hermano así que seguramente lo vería por la casa en alguna ocasión. Aunque finalmente hablamos de Sylvie y su respuesta tan ambigua hizo que la diminuta esperanza que yo tenía se desvaneciera.
Me sentía mal, la verdad es que sí y no entendía por qué. Desde el inicio sabía que esto sería así, pero me había aferrado tanto a esa pequeña esperanza que ahora que la luz se había apagado, me sentía triste... como un silencio mal puesto en un pentagrama...

Sentí que me había apagado junto con esa pequeña esperanza que me iluminaba y cuando dijo que no se asustaba con facilidad, sólo pude dedicarle una sonrisa nerviosa que no se borró ni siquiera cuando dijo que cumplía los tratos - bueno, espero que cumplas el trato aunque Nate no me acepte en el teatro - dije con algo de pesar. Ahora ya tenía miedo... no tenía mucho sentido tenerlo, pero no podía evitarlo.

Nathaniel estaba ahí y yo me adelanté para hablar con él. Me miró de pies a cabeza como estudiándome y me dijo que le demuestre qué era lo que podía hacer. Luego miró a Bryan y le dijo que su trabajo era ser actor y no guía turístico del teatro y que se vaya a estudiar. Suspiré y saqué el violín de su estuche, mientras miraba a Bryan alejarse.
Cogí mi instrumento y cerré los ojos antes de arrancarle tristes notas de una canción que no oía hace mucho tiempo, pero que reflejaban la enorme tristeza que sentía en ese momento.